Reseña: Unexpectance «Vortex» (Autoproducción 2022)

Nada menos que dos años ha pasado este “Vortex” cociéndose a fuego lento mientras la pandemia se hacía carne y habitaba entre nosotros. Heavy Metal Brigade, en compañía de medios amigos como Diario de un Metalhead o Keep The Flame, ya pudimos escucharlo meses atrás en el OVNI Estudio, dando buena cuenta de las primeras impresiones en este Studio Report.

Para los despistados, recordar que Unexpectance lo conforman Nacho Peña y Fran Pérez (guitarras), Aitor G. Stamper (bajo), Luis Barrientos (batería) y Dani Larriet (voz). Apuntar de igual forma que Daniel Sevillano (Warcry, Sound of Silence, Soldier, Escuela de Odio) ha sido el encargado de producirlo y Jacob Hansen (Amaranthe, Voltbeat, Heaven Shall Burn) de masterizarlo. Finalmente, la portada ha corrido a cargo de Manthos Stergiou, quien ha realizado trabajos para gente como Jinjer, On Thorns I Lay, Textures o George Kollias (Nile) entre otros.

Como ya os contáramos el pasado octubre, “Vortex” es un trabajo conceptual en torno a la obra “Inferno” de Dante Alighieri. En palabras de la propia banda: “Esta obra supuso un recopilatorio de todo el saber de la época y, en concreto, los círculos representan los pecados capitales de la sociedad de entonces”. Lo que han hecho Unexpectance es “revisar y actualizar esa crítica, de manera que cada corte del álbum corresponde a un círculo y, a medida que se avanza en el disco, se profundiza más en el infierno, hasta llegar al corte décimo donde se sitúa Lucifer, señor del averno, que representa lo peor de la humanidad actual: INTERNET. Se puede profundizar más en el concepto del disco mediante la explicación aportada de las letras”.

Sí. Todo esto está muy bien, pero qué aportan nuevas escuchas de estas canciones sobre aquél fugaz Studio Report del año pasado.

Pues bien. Todo arranca con una “Guerra Interior” que anticipara al disco mediado octubre pasado. Primero de los 9+1 círculos que componen “Vortex”, y que en este caso corresponde al limbo. En lo lírico refiere a que no existe cambio que no empiece en uno mismo y en lo musical sirve de acomodo a los nuevos Unexpectance, esto es, una banda no sé muy bien si más madura con respecto a su debut de 2016 pero desde luego sí más sólida, compacta y agresiva. Un corte que ya pone sobre aviso de la ganancia en crudeza que habrá de experimentar este segundo trabajo de los asturianos:

El Altar Del Olvido”, círculo referente a la lujuria, pone en solfa la miríada de abusos sexuales en el entorno de la iglesia, particularmente la católica, y de cómo las víctimas han sido relegadas al más puro ostracismo en muchos casos. En lo musical adhiere un prólogo más brioso al tiempo que más melódico. Todo vira a terrenos más reconocibles con la irrupción de las estrofas. Por ahí se dejan sentir algunos riffs de pequeña inspiración djent, que marcan cierta distancia toda vez colisionan melodía y pesadez en sus poderosos estribillos. Un clásico corte coctelera, que puede pecar de cierta inconsistencia pero nunca de falta de atrevimiento, rematado por un estupendo solo de guitarra durante su tronco central.

Hipersomnia”, círculo referente a la gula, dirige sus dardos contra la sociedad del consumo. Fue otro de los adelantos de “Vortex” y asienta sus reales sobre el sonido post-Göteborg, entregando por ello un corte más directo, menos intrincado, más centralizado, apoyado no obstante en una ágil línea de batería. El groove y la mayor pesadez que conducen a su tronco central pueden sonar recurrentes, resultando por contra bien construidas y mejor ejecutadas.

Ira De Los Justos”, círculo de la avaricia y prodigalidad, pone sus miras en el sistema capitalista y en como parecemos no haber aprendido nada tras la crisis económica de 2008. Corte más rácano de “Vortex” con apenas dos minutos largos, entrega la cara más pesada y groovie de los asturianos, apoyada en un riff sólido y dejando por el camino varios buenos cambios de ritmo que habrán de otorgarle cierto gancho. Lo bueno, si breve…

Deus Ex Machina”, círculo de la ira y la pereza, reflexiona sobre la sociedad de la información, también de la desinformación, esa que funciona en base a titulares engañosos y noticias falsas. En cómo tendemos a dar por ciertos aquellos titulares que refuercen nuestra manera de pensar. Etcétera. Musicalmente un regreso a postulados de comienzos del álbum, en el que es uno de los cortes mejor balanceados de “Vortex”. Lúcido, además, en la entrega de unos riffs que, ahora sí, destilan un carácter y personalidad más propias. Con mucho una de mis favoritas, quizá porque la cabra tira al monte y ese fuerte influjo death melódico que ofrecen Unexpectance en este quinto corte me resulta de lo más atractivo. Estupenda.

La Caída De Prometeo”, círculo centrado en la herejía, representa en lo lírico una oda al pensamiento crítico, verdadera herejía del siglo XXI. En lo musical añade a un tiempo un mayor vigor en su trazo a la vez que incorpora varias de las pocas voces limpias de todo el álbum, dando como resultado una de las entregas con mayor personalidad del mismo, conteniendo de igual forma otra buena serie de riffs, eficaces contrapuntos sonoros y un groove bien entendido, de los que operan en beneficio del tema que los aloja y no al revés.

Neurapraxia”, círculo de la violencia, nos habla de cómo las apariencias engañan, del aparentemente perfecto padre de familia que es capaz de asesinar a su pareja “como mera expresión de poder y control sobre su persona”. Es otro de esos cortes intrincados, casi laberínticos, donde lo mismo encontramos baterías briosas y ritmos ágiles que trazos pesados y amargos. Incluso se dejará notar algún blast beat que otro en una amalgama que no hará sino dar buena cuenta de las capacidades de Unexpectance como compositores. Otra vez, al igual que con la anterior “El Altar Del Olvido”, habrá quien acuse cierta falta de consistencia en este ir y venir casi inextricable. Por contra, quien aplauda su audacia. A mí contadme dentro de los segundos.

Déjà Vu”, círculo del fraude, atañe a la corrupción política y a cómo ésta nos ha acompañado prácticamente desde que el hombre es hombre. El prólogo le cambia un poco el pie a “Vortex”. Más melódico y apaciguado, atmosférico incluso, que habrá de circular por una serie de riffs algo exógena y que si bien no porta una estructura que la aleje en gran medida de los grandes tropos del álbum, sí que resulta lo suficientemente distintiva como para portar su propia bandera e identidad propias. Bien construida y ejecutada, además, deja un solo de guitarras dobladas tan sólido como elegante. Diferencial.

Última Palabra”, círculo de la traición, versa sobre cómo han conseguido deshumanizarnos hasta convertirnos en seres incapaces de mirar por algo que no seamos nosotros mismos. Es un corte que regresa a parámetros más asimilables y reconocibles. Por ahí queda mucho groove, algún que otro riff sugerente y fugaces voces limpias. Si bien agradezco ese tirón que ofrece un puente central más veloz y descarnado, cierto es que no alcanzo a conectar con este penúltimo corte en la medida en que lo hago con otros de este tracklist.

Pandemonium”, lo más profundo del infierno. Círculo que no existía en la obra original de Dante y que Unexpectance añaden aquí para hablarnos de “la vanidad expresada a través de las redes sociales. La interacción humana a través de una pantalla. Ideologías basadas en falsedades que aglutinan a cientos”. Y hay que decir que transmiten este mensaje con toda la crudeza y visceralidad que permite este género a caballo entre el metalcore y el melodeath que practican. Larriet descerraja lo más oscuro de su registro, pero si por algo destaca este corte final es por la forma en que enfrenta una mayor negrura en su tono a través de unos riffs de lo más inteligentes y una mayor carga atmosférica. Y ojo al curioso epílogo que bordea el post-rock para cerrar el disco con un llamativo regusto triste y melancólico. Gran cierre.

Más allá de la ganancia en pesadez y la ostensible mejora en sonido con respecto a aquél debut de 2016, no creo que haya nada aquí dentro que vaya a pillar a nadie con el pie cambiado. Es un disco de género, bien orgulloso de serlo, que no obstante se las apaña para amalgamar una acerada panoplia de influencias, sin dejar que estas transpiren más de lo debido sobre una serie de canciones bien planteadas y mejor ejecutadas. Cierto es que por ahí habrá quien eche en falta una mayor diversidad en cuanto a voces, más solos de guitarra o breakdowns más acentuados. Ante el vicio de pedir, ya se sabe. “Vortex” es a buen seguro el primer gran disco nacional del recién estrenado 2022.

Texto: David Naves

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