Aterrizaba en Asturias el “Cada Vez Cadáver Tour 2022” de Adolfo Cabrales y sus huestes para la primera de sus dos citas en Gijón con aforo completo. Tras siete años de parón y un gran inicio de gira en La Coruña, el pasado 18 de marzo tocaba refrendar esas buenas sensaciones en tierras asturianas. Acompañado por sus inseparables Carlos Raya a la guitarra, Javier Alzola al saxo, Alejandro “Boli” Climent al bajo, dábamos la bienvenida a la cara nueva de los Fitipaldis, “Coki” Jiménez a la batería.

Siempre como maestro de ceremonias e interlocutor con la audiencia, Fito se tomaba un conciso receso para agradecer al público la espera, lo repitió varias veces durante la noche, saludar a la ciudad y afirmar lo increíble que resulta volver a los escenarios. Un soberbio toda la velada Carlos Raya mostraba en apenas media hora su espectacular colección de guitarras. Por sus manos pasaron varias Strato, Les Paul, Gretsch y algo más tarde un Slap Steel, sin perder un ápice de ese feeling que destila el otrora Sangre Azul.
El tramo central del show tomaba un cariz más “hard rockero” con temas como “Todo A Cien”, “Entre La Espada y La Pared” o “En El Barro” donde además de mostrar Fito su buen hacer a la guitarra, quedaba patente el brillo que aporta el saxo de Alzola a los temas. Con la emotiva “Quiero Gritar” subían al escenario Morgan, apuesta personal de Fito como banda invitada a la gira. Doblaban una interpretación realmente emotiva, en ese momento hicieron aparición muchas linternas de móvil entre la parroquia. Finalmente el público despedía con aplausos la retirada de las tablas de cada componente de la banda madrileña encabezada por Carolina San Juan “Nina”.

“Cada Vez Cadáver” traía consigo el cambio de la guitarra de Fito por problemas técnicos. Pragmático, restaba importancia al percance con la lapidaria afirmación “con todo lo que ha pasado no vamos a quejarnos por una guitarra que no funciona”. Gran lección de vida la ofrecida por el de Bilbao. El combo daba así paso a una de las canciones mas coreadas de la noche, “La Casa Por El Tejado”.
Afrontábamos el tramo final de concierto con la obligada presentación de la banda tras “Antes De Que Cuente 10”, con especial énfasis en la figura de Carlos Raya, corazón de Fito y Los Fitipaldis en palabras del propio Adolfo Cabrales. Durante la canción Raya se llevaba un buen susto tras un inesperado tropezón que le hacía besar aparatosamente el suelo. Tirando de tablas y seguramente más preocupado del estado de su vieja Strato que del suyo propio, se dirigía a un extremo del escenario para continuar su interpretación dejando el incidente como mera anécdota.
Llegaba el turno de los bises, por 2 veces se despidieron de la más que entregada audiencia. Volvería al escenario en ese momento Nina para aportar su voz y teclados a “Abrazado A La Tristeza”, alegato anti belicista que muchos asociamos instintivamente a la terrible situación actual en Ucrania. La bajada de revoluciones traía consigo el uso del curioso Slap Steel por parte de Carlos Raya. No podía faltar una extensa “Soldadito Marinero” donde brilló la enérgica pegada y solvencia de “Coki” tras la batería y el recuerdo a su última etapa en Platero y Tu con “Ente Dos Mares”.

El colofón tras 20 canciones estaba reservado para “Acabo De Llegar” con Raya al galope de extremo a extremo del escenario, olvidado por completo su accidentado percance minutos antes. Qué lección de profesionalidad y entrega para alguien sin nada que demostrar a estas alturas como es el madrileño. Acompañados de nuevo por Morgan, se despedían entre aplausos y reverencias tanto desde la platea como encima del escenario. Un gran concierto que desterraba definitivamente el estigma de mal sonido que arrastra desde hace años el Palacio de Deportes de la capital de la costa verde. Aunque marcado por la extensa representación de canciones del nuevo álbum, podemos afirmar que la noche satisfizo tanto a los incondicionalesde Fito Cabrales como a los que anhelamos el retorno de Platero y Tu.
Texto: José Ángel Muñiz
Fotos: Sergio Blanco