
On The Loose es el proyecto donde se desempeña el músico portugués Marco Marouco (bajo y guitarras), quien pasara entre otros por los black thrashers madrileños Omission, además de colaborar con bandas como Sabatan y Decayed. Para este debut homónimo ha sabido rodearse de buenos amigos: el batería João Pedro Ventura, Alex VanTrue en coros y Flávio Lino como voz principal. Rick Thor firma las letras de un disco que se pensó inicialmente como instrumental y terminó evolucionando hasta convertirse en la obra que tenemos hoy ante nosotros. En palabras del propio Marouco: “el disco saldrá el 20 de marzo del 2022, tenga o no sello, el próximo equinoccio”. Bien, hora de escuchar qué esconde este debut.
“Midnight” precedió al álbum allá por septiembre de 2021, que ya ha llovido, arranca el disco en pura clave doom al mismo tiempo épico y clásico. La nota de prensa no engañaba cuando decía que aquí convivían por igual Iron Maiden y Candlemass. De los primeros tienen el registro a la Dickinson de Flávio Lino y de los segundos riffs, líneas de batería, incluso la muy reconocible construcción de sus estrofas. Se producirán ciertos desequilibrios en cuanto a producción cuando emerjan los coros de VanTrue y las guitarras dobladas del puente quedan algo desdibujadas por idénticos motivos. Al final un buen arranque al que empañan déficits habituales de este tipo de trabajos autoproducidos.
“Deceiver” no descarrila del tono general del disco pero sí que se atreve a entregar una escritura más diversa, así como a enriquecer la mezcla de una mayor presencia melódica. Lino prosigue con sus reconocibles gorgoritos y si alguien sale ganador en este segundo corte ese es el propio Marouco con un trabajo de guitarras, cuanto menos, encomiable. Su solo, ahora, sí que goza de la definición debida, transitando hacia un epílogo tan sencillo y clásico como bien resuelto.
“Desire” sí que hará por ennegrecer el tono dominante, enfangándose en las raíces mismas del género y extrayendo de él la versión más seminal y a la vez más cruda. De resultas de lo cual Flávio Lino parece no estar tan cómodo al micro como en el par de temas precedentes, mostrando un registro por momentos entre temeroso y meditabundo. En especial durante estrofas. Lástima porque por lo demás estamos ante otra entrega bien trazada, que si bien nunca alcanza a ser brillante desde el plano puramente técnico, sí tiene las credenciales suficientes como para figurar dentro del bando ganador de este debut.
Una de las líneas de batería más llamativas del disco alimenta una “Path” donde regresará aquella mayor carga melódica que ofreciera la anterior “Deceiver”. Ese fuerte influjo melódico alimenta a su vez un tono que deriva hacia terrenos más épicos, nunca de forma hipertrofiada, tratando de mantener un nexo de unión con el resto de cortes pero arreglándoselas en cualquier caso para resultar más identificable. Tampoco es un corte tan predecible como otros desde el plano gramático y, entre unas cosas y otras, terminará convertida en otra de mis favoritas.
El prólogo de “Lust” porta un tono que, de primeras, me lleva a pensar, aunque sea de forma tímida, más en Paradise Lost y en toda aquella ola británica que en Candlemass o Solitude Aeturnus. Será apenas un guiño inicial, pues Marouco y en especial Lino pronto reconducen hacia tonos más asimilables al resto del tracklist. Es otra entrega bien trabajada desde el aspecto melódico, que además otorga algo más de espacio a la pura exhibición solista por parte del ex-Omission y que si bien no me engancha en la forma en que lo hacen el par de entregas previas, tampoco puedo decir que me resulte fallida. Un poco en tierra de nadie.
“Dreamer” es la canción que más se estira en el reloj de todo el disco. Y, curiosamente, una de las que mejor sonido entregan del mismo. El también vocalista de Airforce parece más centrado que nunca en estas primeras estrofas, en especial mientras se maneja en unos tonos medios pareciera que deliberadamente alejados de la inevitable comparación con cierto vocalista nacido en Worksop. Se nota el especial cariño que le ha puesto Marouco a esta larga entrega cuando uno oye la serie de melodías y solos con que engarza estrofas y estribillos. Resultan ágiles y a la vez derrochan clase, funcionando siempre a favor de la canción que los contiene y no en beneficio de egos desmedidos. Corte extenso, que no aburrido, que pone sobreaviso de lo que una banda como esta puede regalarnos en futuras entregas. Si las hubiera o hubiese.
Así las cosas, el final con la triplemente homónima “On Tthe Loose” se me antoja algo más descafeinado. Sea su posición dentro del tracklist, justo después de la entrega más larga del mismo, sea su armazón menos reconocible, que parte de un extraño prólogo, pasa por una carga coral prácticamente desconocida y llegando hasta una serie de riffs no demasiado llamativa. Y es una pena porque ese solo del puente central es estupendo.
Por debajo de otros discos que nos han llegado desde el país vecino en los últimos tiempos pero en ningún caso un trabajo que deba ser pasado por alto entre los fans del doom más embrionario. Entre fans de Candlemass anida el principal caladero para estos On The Loose, evidenciado en unas composiciones claramente deudoras de la banda sueca, con la salvedad hecha del peculiar y resonante registro vocal de un Flávio Lino, salvo detalles, seguro e inspirado. El sonido, nunca espectacular, se puede disculpar tratándose de un álbum autoproducido como este. Y “Dreamer” o “Path” mediante, uno encuentra aquí razones suficientes para creer. El tiempo dirá en qué se quedan.
Texto: David Naves