Reseña: Velka «Purgatori Ignis Iudicium» (Necromance Records 2021)

Anónima y enigmática banda de black metal procedente de Euskadi la que nos ocupa hoy. Se hacen llamar Velka y poco sabemos más allá de que este debut “Purgatori Ignis Iudicium” se mezcló y masterizó en el ART Dystopia Studio, cuenta con arte de Silvpheric (Rather Dark Art) y lo editan los sellos Base Record Production y Necromance Records.

Álbum conceptual en el que las letras narran “una turbia y decadente historia personal de descenso hacia las profundidades de la psique”, girando estas en torno “a algunos de los más oscuros sentimientos que acompañan al género humano en ciertos momentos de la existencia vital: Culpabilidad, purgación, soledad, consternación, abatimiento”.

Eternal Hate Awakens”, canción apertura y oferta más extensa del álbum, arranca con un black feroz en cuanto a ritmo, no exento de cierta melodía, plagado de buenos cambios de ritmo y dueño de una llamativa línea vocal que juega, pienso que con acierto, a armonizar registros grave y agudo. Y aunque la producción juegue a veces con los canales de manera un tanto naíf, lo es cierto que estamos ante un arranque nada complaciente, con una batería, quiero pensar que programada, que apenas baja el ritmo durante este largo, agresivo y contundente primer tercio. Ese ritmo endiablado se verá atemperado, aunque solo en parte, conforme transita su tronco central, exhibiendo una mayor presencia del bajo en la mezcla y jugando con las gramáticas de forma certera. Mucho ojo a la calma que antecede al epílogo. Un gran arranque.

Freezing Hell Isolation”, primera andanada que conocimos de este “Purgatori Ignis Iudicium”, porta un trazo, a la par que una serie de riffs, que me hacen pensar en sus paisanos Numen. De nuevo la alternancia en cuanto a voces acompaña a una escritura abierta, diversa, ágil, en la que la banda amalgama todas sus capacidades como compositores (o muere en el intento). El sonido tiene claridad y potencia, alejado del chatarreo que acompaña muchas veces a este tipo de propuestas y al que solo le puedo achacar el gran protagonismo que en ocasiones toman las líneas de voz. Nunca de manera catastrófica, cabe decir también. Escuchándola en contexto con el resto del álbum me parece más que acertada su elección como avance del mismo.

Inner Chaos Unleashed” reunirá en su seno alguno de mis riffs favoritos de todo el disco. En especial los que dan forma a su estupenda primera parte. Sí, que no sorprende en ese desarrollo enfebrecido y agónico, pero funciona como un rayo cuando descienden las revoluciones y adopta un tono más marcial y machacón. Por ahí surgirán toda una serie de contrapuntos y alternancias que dotarán a esta tercera entrega de un gran atractivo, ampliando sabiamente el rango tonal del álbum. En tónica con otras compañeras de tracklist, introducirá un pequeño puente previo al epílogo donde se desarrolla la cara más tranquila, que no reposada, de la banda vasca. Otra entrega destacable.

Brumosa, casi desangelada la introducción de una “Ancient Pain Exposed” que vive por y para la confrontación entre los grandes tropos que alimentan la particular forma de entender el black metal de Velka y ciertos ritmos de tono más marcial que ya se apreciaban en “Inner Chaos Unleashed”. Por ahí resuena una estupenda línea de batería, llena de detalles, así como una construcción atractiva, entretenida incluso, que alimenta uno de los cortes, en mi opinión, mejor trazados de todo el debut, si bien pienso igualmente que la calma que aparece durante su tronco central bien merecía un poco más de espacio y desarrollo. Pero “Purgatori Ignis Iudicium”, para lo bueno y lo malo, sigue siendo un disco de puro black metal.

Así las cosas, “The Imposed Punishment” se empecina en seguir donde lo dejase el comienzo del disco, apostando de manera firme, casi invariable, por la cara más enérgica, sólida y veloz de estos blackers de Euskadi, si bien alternada con leves toques atmosféricos, cara a construir una personalidad propia que la distinga de sus compañeras. Eso sí, siento que las líneas de voz aquí no funcionan igual de bien a como lo hacían, por ejemplo, en “Eternal Hate Awakens”. Por ahí se agradecerá esa mayor pesadez que irrumpe previa al tronco central. Nada histriónica y terriblemente eficaz. Más veloz y también más convencional en su largo tercio final para regocijo de los fans más cerriles de este tipo de propuestas.

El interesante primer tercio de esta “Lake Of Forgetfulness” lo hará todo por bajarle los biorritmos al disco. Más pausada, limpia, atmosférica, calmada, etcétera, se irá hacia territorios más reconocibles toda vez alcance el tercer minuto y vuelva a desatarse la tormenta. Aquí, para disgusto de unos y regocijo de otros, la banda vuelve a abrazarse a la rabia más feroz, para más tarde construir toda una serie de cambios de ritmo, contrapuntos y alternancias que adornan un largo y magnífico tercio final que terminará por convertir a esta “Lake Of Forgetfulness” en otra de las grandes apuestas del álbum.

La final “Ascension Through Fire” corre el riesgo de resultar redundante a estas alturas. De ahí que la banda se permita el lujo de introducir un tono más desnudo a la par que melancólico, de camino a su largo tronco central, bordeando sin tocar las lindes del black atmosférico tan en boga. Ese tono divergente, unido a ciertos trazos más retorcidos (no quisiera decir progresivos) terminan por otorgarle a este cierre una entidad propia, disociada en parte de los grandes leitmotivs del disco y que contribuye a la especulación de si es anecdótico o nos previene cara a futuras exploraciones en dichos territorios por parte de Velka. El tiempo dirá. Un gran broche en todo caso.

Black descarnado, sin artificios, feroz, abrupto, enfebrecido… son muchos los adjetivos que podrían adornar a este “Purgatori Ignis Iudicium”. Quién está detrás de él, no lo sabemos. Sí sabemos que vuela alto para tratarse de un primer trabajo, si bien a veces acusa unas duraciones algo excesivas y unos trazos un tanto recurrentes. Por ahí que el uso de contrapuntos, rítmicos y tonales, resulte tan eficaz. Bien es cierto que habrá quien prefiera entregas más escuetas y concentradas, pero quien quiera black metal con pie al tabla durante casi una hora, desde luego que lo va a tener. Se dé bien la caza, pues.

Texto: David Naves

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