Reseña: Endernity «Flesh And Bone Of Humanity» (Maldito Records 2023)

Pues ya tenemos de vuelta a los chicos de Endernity. La banda madrileña, que ya pasara por estas páginas con el debut de 2021 “Disrupted Innocence”, vuelve ahora con un ambicioso “Flesh And Bone Of Humanity” grabado, mezclado y masterizado por Álex Cappa en The Metal Factory. A día de escribirse estas líneas, encontramos en su alineación a Juan Carlos Fernández (bajo), Santiago Arroyo “GoG” (batería), Rodrigo Árias (guitarra solista) y Manuel Hernández (voz, guitarra). El álbum se encuentra en la calle desde el pasado diecisiete de febrero vía Maldito Records.

Breve y elegante introducción de piano y cuerdas la que plantea “Handful Of Dust” para de inmediato dar paso a una de las cartas de presentación de este segundo trabajo, “Goddess Ishtar” donde Endernity arremeterán con uno de mis riffs favoritos de todo “Flesh And Bone Of Humanity”. Un corte que flirtea con el thrash más académico durante estrofas para derivar hacia terrenos más melódicos durante estribillos. Como un guante el registro vocal de Hernández aquí. Es un corte bien pensado. Diverso pero sin divagaciones. Con otra buena producción de Cappa (Avulsed, Bloodhunter, Vita Imana, Sound Of Silence…) y que se reserva unos llamativos arreglos para su tranquilo aunque poderoso puente central:

Cozy Bubble” parte de un tono más oscuro, de hecho y por momentos casi gótico, con Hernández ahora en tesituras más limpias, en lo que no deja de ser un pequeño prólogo que esconderá el transitar pesado y rocoso de este tercer corte. Menos ambicioso que su predecesor, quizá le pese su condición de single, pero que en cualquier caso alberga detalles de interés. En especial en los diversos engarces entre estrofas. Aquí y allá se cuelan detalles que me recuerdan a los Susperia menos graves, lo cual no deja de ser buena señal. Estupendo el solo que ubican en el puente y la forma en que armoniza finalmente con la voz de Hernández. Otro buen aporte:

El prólogo de “Revenge” destapará de pronto a los Endernity más crudos. Ahí surgirá un corte llamativo por lo marcado de sus contrastes. Heredero, si no directo, sí cercano, del thrash de los noventa, a caballo entre los inevitables Pantera pero donde también detecto ciertos aires a bandas más cercanas al tradicionalismo como puedan ser Heathen (los de San Francisco) o Paradox (los de Wurzburgo). Todo sin obviar los buenos detalles técnicos, Árias parece especialmente inspirado a lo largo y ancho de esta cuarta entrega, y donde la banda suena más sólida y compacta que nunca.

Ya solo por la buena labor en cuanto a riffs resultaría interesante esta “In the Name Of God”, que viene a acentuar el tono más grave que ya entregaba “Revenge”, entregándose ahora sin reservas a un metal mucho más groovie y serpenteante. Que quizá no vaya demasiado lejos en cuanto a construcción pero sabe adornarse de una riqueza técnica capaz de elevarla por encima de la media. Sus hábiles juegos tonales y la forma en que amplifica el rango de influencias que manejan los madrileños no deberían ser pasados por alto.

Se suceden las escuchas de “It’s Raining Again” y su prólogo no deja de evocarme a “This Love” de Pantera. Al menos en lo que al prólogo concierne y sin llegar tampoco a nada que se pueda tildar de plagio. Ni cerca. Hernández, claro, muestra su lado más cristalino aquí, conforme la banda construye un clásico medio tiempo de estrofas calmas y estribillos poderosos. Asido con firmeza, también con orgullo, al viejo libro de estilo, y sin escatimar ni uno solo de los obligados tics de este tipo de entregas. En su tronco central se volverá más prominente, más vibrante, para después regresar a tonos más leves. Nada alcanza a decepcionar aquí, si bien uno echa en falta una faceta solista de mayor peso durante ese epílogo.

Faceta solista de la que sí disfruta “Ignorance Celebration”. Otro corte de estrofas leves y coros poderosos pero que, sin embargo, gozará de una entidad y personalidad muy propias. En parte por el gran trabajo llevado a cabo en cuanto a ejecución. También por un tono, hasta cierto punto, desligado de las líneas maestras de este segundo disco. Y finalmente, por la rica y diversa línea de voz que lo atraviesa. Buenos riffs y mejores armonías de voz y guitarra para una de las construcción de lo más llamativa e interesante. De esas que no entraron a la primera escucha y en cambio ahora no logro sacarme de la cabeza. Estupenda.

Darkness To Shine” vendrá a calmar los alterados biorritmos que arrastraba el tracklist con una balada/medio tiempo de los de toda la vida. Que compensa la sencillez de su planteamiento con grandes desarrollos técnicos, de nuevo Árias estelar, la estupenda línea vocal de Hernández y la sencilla pero irreprochable producción de Cappa. Desde luego no sorprende y sin embargo tampoco pienso que Endernity fallen este disparo.

Sencilla en gran parte de sus formas resulta una “Bite Me Hard” que hará todo y más por reconducir al segundo de los madrileños haca terrenos más metálicos. Si bien, de las doce, es fácilmente la que menos poso me deja en las distintas pasadas del disco. Tiene un ritmo vivo, una base rítmica poderosa y cierto aire marcial e inédito que finalmente agradezco, pero qué duda cabe que dentro de este “Flesh And Bone Of Humanity” conviven ofertas mucho más certeras y redondas.

El álbum recupera el buen tono, al menos para quien escribe, gracias a una más que interesante “Stand Up”. Y me agrada que lo haga sin necesidad del clásico corte trotón y vibrante. Para anda. A ratos medio tiempo, muestra más adelante una viveza bien entendida y vuelve a cubrirse las espaldas con un Árias generoso además de certero en cuanto a solos. Otro de los grandes hallazgos de este segundo trabajo.

Otro corte llamativo será “A Part Of Us All”. Esta vez por el inteligente uso que hace de las distintas armonías. También por esos poderosos coros del estribillo y que tanto me recuerdan a los mejores Iced Earth del infame Jon Schaffer. Diría que también por la marcada melancolía que desprende. Y aunque Manuel Hernández no parezca disponer de los rangos casi imposibles de un Matt Barlow, un Tim Owens o un Stu Block, gritonas vacas sagradas, lo cierto es que se las arregla para trazar otra línea de voz muy poco desdeñable a lo largo de un corte nunca sobresaliente pero tampoco inhábil.

He de reconocer que la final “Hell Is Where I Do Belong” planta siempre una sonrisa en mi, por otro lado, desagradable rostro, a base de trazos sencillos, estribillos gancheros y ese ADN inequivocamente enfocado al directo. Corta, desde luego que algo tontorrona y sin embargo más que eficaz como cierre.

Soy consciente de que puede sonar a topicazo pero esta es una de esas bandas que, aunque sólo sea la buena valentía y mejor técnica con la que construyen sus temas, por ende sus álbumes, merece mayores reconocimientos. No hablo de llenar el neoyorquino Madison Square Garden, ni siquiera el más cercano Wizink de su comunidad natal, pero desde luego sí que estar en boca de buena parte de los aficionados al heavy metal de este país nuestro. Al menos entre aquellos que busquen propuestas cercanas al canon pero no idénticas. Razones de sobra había en el debut. Razones de sobra hay también aquí. Espero que toméis nota.

Texto: David Naves

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