Reseña: Secta «Panzer» (CD Music 2024)

Segundo round para lo chicos de Secta tras debutar en 2022 con su anterior “Nada Nos Va A Parar”. Apenas dos años después, como queriendo hacer bueno el lema de aquél debut, vuelven ahora con este “PanzerMichael Arthur Long en voces, Juan Pablo Cotera en guitarra rítmica, Ger Gilsanz en la solista, Pelayo Vázquez al bajo y Pablo Pravia en baterías. Nueve temas grabados en directo en Tutu Estudios con producción del propio Sergio Rodríguez “Tutu”, posteriormente masterizados por Dani Sevillano y a los que adorna el arte de BwanaDevilArt.

C’mon” pronto da la impresión de estar hecha con la intención de continuar allí donde lo dejara su debut de hace un par de años. Sencilla, directa, imbuida de ese rock and roll de aroma irresistiblemente clásico. Me agrada lo tendido de las estrofas y la forma tan natural en que derivan en unos estribillos a un tiempo sensuales y al otro directos. Una mezcla que distingue de entre cada línea, sin que la voz acapare excesivo protagonismo ni las guitarras ahoguen al bajo de Vázquez. El buen solo de Gilsanz, sin abandonar esas pulsiones tan clásicas, remata un buen inicio.

Panzer” es, qué duda cabe, el gran emblema de este trabajo. No solo le da nombre sino que además fue además uno de los adelantos en forma de videoclip. Es, de hecho, la única letra presente en el escueto libreto del CD. Y si bien reproduce ese rock tan AC/DC que les define, se atreve con una letra un tanto diferente a todas cuantas hayan escrito hasta la fecha. Todo funciona. Desde el desgarrado grito de Arthur Long en el prólogo hasta la fina construcción de las estrofas. Los pequeños adornos que implementa Gilsanz aquí y, como ya ocurriera en el debut, la sensación de que sin duda les beneficia el hecho de haber dado a luz en puro directo a estas canciones.

Dulce Dinamita” es otro de esos cortes que olvidan cualquier tipo de metáfora y van directamente al grano. Desprovista al igual que “Panzer” o “El Herrero” del factor sorpresa, estos temas ya vieron la luz durante la gira del “Nada Nos Va A Parar”, entrega uno de los riffs que más me enganchan de todo el tracklist. Por ahí también me agrada el buen prólogo y los cuidados contrapuntos entre Cotera y Gilsanz. Arthur Long desliza una línea de voz más vacilona aquí para un estribillo redondo por pegadizo. Memorable incluso. De los que asaltan tu subconsciente en el momento menos pensado. Ger Gilsanz parece igualmente inspirado durante el solo y, al final, el corte emerge como uno de los más y mejor compensados de este segundo álbum.

De todos cuantos transcurren en este “Panzer”, puede ser el prólogo de “Todo o Nada” el que más me recuerda a Winchester, la otra banda del guitarra Ger Gilsanz. Medio tiempo a mayor gloria de la cara más clásica y elemental de Secta. Acomodado en muchos de sus tics habituales, sobresale aquí la buena labor de mezcla de la que goza el álbum. “No hace falta ser un sabio” ni tampoco reinventar la rueda, pero es verdad que tiene unos estribillos con los que me ha costado llegar a conectar. No decepciona el solo de Gilsanz pero, al final, conecto en mayor medida con casi cualquier otro corte del tracklist.

El Herrero”, por ejemplo. Empezando por el riff en que apoyan las estrofas. Ese aire tan desenfadado con que imbuye a otra letra marca de la casa pero, sobre todo, por un estribillo tan sencillo como pegadizo. La forma en que ambas guitarras juegan a encontrarse casi en todo momento, la firme base rítmica de Vázquez y Pravia. Es el corte más extenso del álbum, tiempo bien aprovechado por Gilsanz para deslizar uno otro de mis solos favoritos de este segundo trabajo. El final, sensiblemente más descosido, redondea otro de los grandes cortes de “Panzer”. Al menos en opinión del abajo firmante.

Mucho más sencilla, al menos en apariencia, “Fuera De Control” da un pequeño giro de timón al disco. Apoyada en una cuidada línea de batería de Pablo Pravia, construida con algo más de libertad y más que eficaz a la hora de amplificar el rango de influencias que había manejado la banda hasta el día de hoy. Ironiza la letra con el 4/4 y todo sale adelante tras el ya clásico desgarro de Michael Arthur Long al micro. Tiene ideas que, intuyo, daban quizá para un tema más extenso. En cualquier cosa la banda parece no querer conformarse con lo ya ofrecido en su primer álbum en lo que pienso, sin duda, es el camino a seguir.

Tampoco es que Secta hayan mutado en Royal Blood así de buenas a primeras. Ni mucho menos. Pero si a alguien le cabían dudas, qué mejor que una “Caliente” donde se reproducen todos sus tics más habituales. Desde lo socarrón de la letra al aroma puramente Young que exhalan las partes menos tranquilas y la mayor amplitud que aportan los coros aquí. Muy presentes de hecho en el buen epílogo que la banda ha dibujado aquí.

El Sueño Americano” destapa la que es seguramente su letra más ácida hasta el día de hoy. Y de hecho la interpretación de Arthur Long al micro la disocia en cierto modo del resto del tracklist. “Es el sueño americano, encefalograma plano”. Pravia vuelve a poner de su parte para lustrar a este penúltimo corte y a bordo de ese final más vibrante todo casa para otro corte directo, con mala leche, ágil y bien construido. Sin duda una de las grandes sorpresas de este segundo álbum.

El cierre es para la no menos interesante “La Casa Del Blues”, con alguna de las estrofas más sensuales de todo “Panzer”, solidarias a unos coros tan clásicos como efectivos. Me agrada por trazo. Por ese solo algo tempranero de Gilsanz. También por su letra, que transmite la socarronería habitual del quinteto pero con algo más de inteligencia. Un cierre que, pienso, daba para algo más de recorrido. De hecho las guitarras retornan en solitario una vez finalizado el corte. En cualquier caso una de las ofertas más redondas del tracklist.

Han dado un paso adelante. Se intuye en algunas de las líricas que pueblan el álbum. También en la construcción de alguno de los temas. Lo positivo, además, es que lo han hecho sin sacrificar ni una sola de sus señas de identidad. El fuerte influjo a AC/DC que dominó “Nada Nos Va A Parar” resulta algo más escondido ahora pero sigue igualmente presente. A nadie se le escapará que el disco se beneficia de esa mayor amplitud de miras. Algo que se deja notar igualmente en el apartado lírico por el que apuestan en según qué cortes. Véanse “Panzer” o muy especialmente las dos ofertas finales. No sé muy bien hasta donde llegará la andadura de esta particular Secta pero desde luego van por el camino correcto. Ocurra lo que ocurra, tened claro que seremos testigos.

Texto: David Naves

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