Reseña: The Wizards «The Exit Garden» (High Roller Records 2024)

Tras debutar con un álbum homónimo hace ahora casi diez años, proseguir con “Full Moon In Scorpio” dos años más tarde y lanzar “Rise Of The Serpent” en 2018, ya tenemos aquí lo nuevo de los heavy / doom / stoner vascos The Wizards. La base rítmica de Baraka Boy al bajo y Dave O. Spare en baterías, las guitarras de George Dee y Phil The Pain y la voz de Ian Mason se encuentran detrás de los ocho temas de este “The Exit Garden” publicado por High Roller Records allá por el mes de marzo. Mezclado por Mario Gutiérrez y Alberto Macías en Slippery Studio para posteriormente pasar por las manos de Víctor García (Aathma, Toundra, Wormed…) en Ultramarinos Mastering y recibir el fino arte del Smoke Signals Studio para la portada.

The Exit Garden” cumple con el doble propósito de dar nombre e inaugurar el cuarto de los bilbaínos. Y lo hace sin dejar una sola gota de inspiración en el tintero. Apoyada en un gran riff al que da lustre la fina y equilibrada mezcla de Macías y Gutiérrez, nos traslada inmediatamente a un tiempo donde el rock era la música orgánica por excelencia. No exenta de alardes, las teclas que adornan su prólogo sin ir más lejos, me recuerda a ratos a los mejores Electric Wizard. También a mis queridos Blood Ceremony, aunque sin ese cierto poso tendente a la psicodelia de los canadienses. Un primer corte trufado de largos desarrollos instrumentales, ideales para quienes disfruten del rock and roll en su vertiente más setentera y vibrante. ¿Pero cumple el álbum con las promesas que hace este primer corte?

Porque desde luego parece que la banda ha echado el resto en ese primer corte. Lo que no quita para que “Full Moon In Scorpio” se destape como la versión más negruzca y aguerrida de los vascos. El pesado riff del prólogo impone su ley y la banda acomete ahora un rock más apesadumbrado, que vira hacia el doom sin mayores complejos. El alucinado solo que adorna ese prólogo tiene una pegada innegable. Y mientras que Ian Mason declama ahora en tonos que le asemejan a un Danzig de sus primeros álbumes en solitario, el corte adolece quizá de un estribillo más redondo. De mayor gancho. Pero esta vuelve a ser otra pieza bien calibrada entre composición y puro derroche instrumental. Estupendo el solo que acomodan camino del epílogo. Por tópico que pueda llegar a sonar, la banda demuestra aquí un nivel en cuanto a ejecución que poco o nada tiene que envidiar a cualquier foráneo.

Pero que me aspen si “Oniros” no recuerda a unos Ghost de sus dos primeros álbumes. Es verdad, Mason no canta tan “para dentro” como acostumbraba entonces el bueno de Tobias Forge, pero realmente siente uno cierto influjo, en particular durante el prólogo y las distintas estrofas. En parte porque las influencias son, desde luego, comunes entre uno y otros. The Wizards marcan distancias, y pienso que hacen bien, en unos estribillos más cercanos a su sonido y no tanto a la banda sueca. El corte emerge finalmente para bien con el paso fangoso y marcado de su cuidado epílogo. Ni tan mal para tratarse de un single adelanto.

Lo que son las cosas, ”Holy Mountain Mind” me sigue pareciendo una elección más lógica para tal fin. Atravesada por el estribillo que más ha arraigado en mi subconsciente tras las sucesivas escuchas, representa una vuelta hacia la vertiente más trotona y directa del quinteto radicado en Bilbao. Qué duda cabe, mucho más facilona y previsible que el trío de ases con el que da inicio el disco, lo que no quita para que sea un tema con el que disfruto en buena medida. Con sus buenos cambios de ritmo, su equilibrada producción y algún que otro solo de mérito.

Equinox Of Fire” no difiere en exceso de su inmediata predecesora, pero en cierto modo da la impresión de ser una oferta mucho más cerebral. Que da rienda suelta ya durante el cuidado prólogo a la cara solista más deslenguada del quinteto. De hecho la banda parece sintonizar ondas más chulescas ahora, plantando sus reales a medio camino entre el hard y el doom rock, con Mason en algunos de los tonos más altos de todo el redondo. Crepita el bajo de Baraka Boy durante las metódicas estrofas. Y aunque la banda da con un estribillo al que quizá eche en falta una pizca más de garra, bien está el solo de guitarra que ocupa el tronco central, así como el cambio de ritmo del epílogo.

Questions” dará un pequeño respiro con ese prólogo con anclaje en tonos baladeros que viene a calmar los altos biorritmos en que se había movido el disco hasta ahora. Huelga decir, cuidado hasta el más mínimo detalle, con esas guitarras casi prístinas y el registro más liviano de Mason. Superada la barrera de los dos minutos, el corte redirige hacia un rock en franca rima con los momentos más vibrantes de “The Exit Garden” para, por puro contraste, generar alguno de mis momentos favoritos del disco. Por lo disfrutón que está Dave O. Spare en esas partes más intensas. Por el buen nivel técnico que vuelven a mostrar George & Phil. Y, finalmente, porque la banda encuentra, ahora sí, un estribillo redondo y memorable, con un leve deje melancólico nada impostado, que entra a la primera. El duelo solista previo al descosido epílogo viene a redondean otro de los grandes hallazgos de este cuarto disco. Estupenda.

Crawling Knights” vuelve a poner calma en mitad de la tormenta. Inicio sosegado pero hábil, con esas guitarras en una clave que roza la psicodélica. Es el corte más extenso del álbum y se podría decir que la impresión es la de que la banda echa el resto. La progresión de sus estrofas camino de estribillos no podría estar más cuidada. La nostalgia que emana de su línea vocal, los buenos coros que acompañan a Mason, solidarios a los contrapuntos que emergen de las distintas líneas de guitarra. Y todo para confluir en un tronco central que lleva a The Wizards a ofrecer su cara más ardiente y disfrutona. Quienes se quejan, no sin motivos, de la falta de buenos solos de guitarra en el rock y metal actuales, gozarán del festín acometido aquí por George Dee y Phil The Pain, enfrascados en una serie de duelos de los que ya no se estilan. El epílogo, con vuelta a los sonidos tan tendidos del prólogo, finiquita el particular uróboro de los vascos. Magnífica.

Dawn Of Another Life” y sus contornos tranquilos, apenas la tenue voz de Mason sobre un marcado colchón de teclas, al que más adelante se sumarán, aunque sea de manera tímida, ambas guitarras, finiquita lo nuevo de The Wizards con una cierta sensación de distinción. Elegante calma después de la tormenta. Después de todo, “It´s time for the dawn of another life” (Es la hora del amanecer de otra vida).

Los chicos tienen razones de sobra para estar satisfechos. Y quienes gusten del hard / heavy con trazas doom de inconfundible aroma clásico, motivos para celebrar. En un tiempo donde el metal camina de la mano del puro artificio, “The Exit Garden” propone una vuelta a los orígenes trazada con sumo cuidado pero ejecutada con la mayor de las libertades. Pocas cortapisas parece haberse puesto la banda a la hora de ejecutar los ocho cortes. Líneas de voz sentidas y con gancho y unos cuantos solos para el recuerdo. Riffs de mérito y una base rítmica que crepita y galopa desde el buen gusto, sin excesos ni manierismos. Un disco que me tiene enganchado desde hace semanas y al que bien haríais en pegar un par de escuchas. No salgáis luego con que nadie os avisó.

Texto: David Naves

Reseña: Malverde «II» (Furia Discos 2024)

Ep para las buenas gentes de Malverde bajo el lacónico nombre de “II”. La banda, recordemos, viene formada por Bronco en baterías, Tamo en la guitarra solista, Laria en la rítmica y en voces y Hermes al bajo. Los seis temas que componen el trabajo vinieron al mundo en los estudios OVNI de Bonielles, Llanera, con todo un Dani Sevillano a los controles. Adornado por el precioso arte de Godless Design y fabricado con su buen hacer habitual por Furia Discos, se encuentra ya en la calle.

Nosotros nos vinimos con nuestras respectivas copias para casa y os podemos asegurar que todo el diseño del digipack es digno de cualquier colección afín al rock and roll que se precie. Detalles que siempre suman, como el hecho de que estas canciones hayan sido plasmadas en formato directo. Se nota ya desde que echas a rodar la inicial “Golem” y su realmente totémico riff inicial. Uno, que siempre anda buscando rimas con bandas de la región, encuentra paralelismos aquí con los muy queridos Amon Ra. En particular cuando la producción filtra la voz de Laria. Me agrada ese solo alucinado que puebla el puente, así como esos Malverde más nerviosos del tramo final. Un buen arranque.

Engañan los primeros acordes de “Find My Way” con esa repentina falta de distorsión. Apenas un guiño inicial para introducir otro corte de rock arrastrado y deudor a un tiempo del doom rock y el mejor stoner. Tamo parece especialmente inspirado aquí. Tanto a la hora de incrustar solos entre estrofas como en apoyo de las líneas vocales del propio Laria. Precisamente en las estrofas más desnudas se deja sentir en mayor grado la presencia de Hermes en la mezcla. Aquella fugaz calma del prólogo regresa, o mejor dicho irrumpe, antes de dar pie al solo del tronco central. Los chicos desde luego saben como trazar buenas piezas de rock vibrante y aguerrido. Bronco está muy presente en este tramo final y por ahí todo termina cuadrando para construir una de mis favoritas de todo el Ep.

Santa Muerte” viene a destapar a los Malverde más intensos. Casi coléricos. Altas vibraciones y un riff de esos que entran a la primera para la oferta más descosida del tracklist. Cierto que el riff en que apoyan las estrofas puede pecar de una cierta simpleza. Por contra, qué bien está el mayor grosor que desprende y el modo en que acerca al cuarteto a las lindes del metal. Desde luego que se le puede achacar su brevedad, apenas dos minutos y medio, pero no la forma en que destapa la cara más intensa de los asturianos.

Más breve aún si cabe es una “Now I Know” que viene a reincidir en esa versión nervuda e intensa de la banda radicada en Oviedo. Tamo y Laria juegan de nuevo a encontrarse sobre el ritmo, directo y vivaracho, que marca Bronco tras los parches. Buenos coros en estribillos y desde luego una pieza agradable pero algo coja por lo escaso de su desarrollo.

Más ambiciosa, al menos sobre el papel, “Mexica” se sustenta sobre otro de mis riffs favoritos de este “II”. Y puede que por trazo, sea también la que más llame la atención. Aquí sale a relucir la buena producción que porta el disco, centelleando en cada cambio de ritmo, numerosos en esta penúltima entrega. Cómo combinan las distintas líneas de guitarra entre estrofas o ese tronco central más desnudo resultan desde luego atractivos. Pero si algo termina de decantar la balanza es ese largo epílogo y el poso más intenso que de él deriva. Estupenda.

Sisyphus”, por el fundador y rey de Éfira en la mitología griega, supone la irrupción de los Malverde más pesados primero, ese prólogo rocoso y arrastrado, en nada sutil contraste con los más vibrantes, que llegarán antes de las primeras estrofas. Es el corte más extenso de los seis y realmente parece que la banda ha echado el resto aquí, por tópico que pueda sonar. Tamo está especialmente acertado a la hora de adornar las distintas estrofas con solos lúcidos y vibrantes. También a la hora de doblarse con el propio Laria. Precisamente ahí es donde me agrada este cierre por cómo deja traslucir la propia naturaleza de la grabación. Sinceridad sobre precisión. Un gran cierre.

En un ecosistema donde las ventas en formato físico se han reducido hasta lo meramente testimonial, el Ep resulta el camino indicado para un montón de bandas de nuestro underground. Ejemplos a decenas. El último en llegarnos es este “II” donde el cuarteto ovetense Malverde viene a sumar una muesca más al cada vez más amplio panorama hard rockero astur. Precisamente ahí, entre el hard, el stoner y pequeñas pizcas de doom y metal se sitúan seis temas a su manera diversos y en gran medida atractivos. Suma además, pienso yo, el hecho de que lo hayan grabado en directo. El Ep no desmerece ni mucho menos a una encarnación en directo de la que disfrutamos (y dimos buena cuenta) hace escasas fechas, por lo que la decisión se me antoja todo un acierto. No les perdáis la pista.

Texto: David Naves

Crónica: Factoría Rock Fest VI (Avilés 3/5/2024)

Sexta edición del Factoría Rock Fest que vino a congregar esta vez a las bandas Estramonio, Nicotine Bubblegum y Blast Open, tres nombres poco pródigos en nuestros escenarios por lo que era la del viernes una cita que daba pie a pocas excusas pero siempre a reencontrarse con buenos amigos que hemos ido haciendo en el camino. Músicos y fans que no quisieron perderse las evoluciones de un festival hecho con el mayor de los cuidados.

Los esquivos Estramonio serían a la sazón los encargados de iniciar la edición número seis del evento. Es verdad que ante un público escaso, quizá por la amplia oferta o quien sabe si por lo esquivo de las bandas presentes en el cartel, lo cierto es que nos habría gustado ver un mayor número de gente frente al escenario cuando el cuarteto inunda la factoría con su habitual doom rock.

Explota “Bitch Rides” y de pronto el nombre de Danzig asalta mi subconsciente. A bordo de un buen sonido, no acostumbra a decepcionar aquí la Factoría avilesina, y sin más puesta en escena que el nombre de la banda proyectado a sus espaldas, se las fueron arreglando para meterse a la gente en el bolsillo.

Y es que quien conozca las andanzas y también las chanzas del guitarra de Leather Boys, no se sorprenderá de las muchas perlas que desliza a lo largo del set. Pero también unas interpretaciones sentidas y llenas de un extraño feeling. Oculto tras unas gafas casi imposibles que harían las delicias del mismísimo rey del rock, supo liderar a Estramonio sin perder ese engarce con la audiencia que convierte el set en una experiencia altamente gozosa.

Shark Woman” exacerba la cara más frondosa de los asturianos. Y mientras se suceden las bromas, o se nos invita a disfrutar del lado más hedonista del rock and roll, lo cierto es que la banda sonó tan sólida como se esperaba. Lord Vistrimir Fox y su blanquísima Les Paul descargó uno de los mejores solos de la noche en una “La Cuchara” tras la que llegarían los debidos agradecimientos. Que la incorrección no destierre nunca las buenas formas.

Cocaine”, en recuerdo de “los prejubilados que descubrieron el polvo blanco” resuena quizá como su tema más alucinado del set. Antecede a una “Shadowland” con Lord Gargollo encargándose a un tiempo de batería y efectos en su particular oda al multitasking, lo que viene siendo la multitarea de toda la vida. Medio improvisaron una curiosa versión de Queen y desataron las risas de algunos con lo del “Llagar Of Broken Dreams”. Se irían aquí y la Factoría se pondría ya en modo Nicotine Bubblegum al punto de que proyecta el nombre de la banda durante el bis “Vistrimir Forest”. Tan divertidos por las muchas chanzas de su líder como sólidos, elevándose desde el proto doom de Black Sabbath hasta rozar a Danzig o The Cult. Ojalá y se prodiguen más habitualmente.

Suponemos que Nicotine Bubblegum, “Twilight Sleep” mediante, comenzarán ahora a ser habituales de nuestros escenarios. Su debut en el largo ha pasado con buena nota por la web, ampliando el rango de influencias que manejaban en aquél ya lejano Ep de 2018, y en la Factoría vinieron a dar la medida del tipo de banda que son a día de hoy.

Faltaban pues cinco para las diez cuando irrumpen en la sala avilesina con visos a presentar ese flamante nuevo álbum. Y lo hacen, como reconocería más adelante el propio Rose, con la cara más grunge del cuarteto. Qué mejor para ello que “M.U.I.L.” de su nuevo trabajo. Apoyados en las finas líneas de batería de Marco Valera (Dumange, The Black Panthies Party) sus canciones son sinónimo de calidad. Luismi no tiene ese carácter bromista e incorrecto de su compañero en Leather Boys. Por contra, lidió con alguno de los tonos más broncos de su repertorio en una noche que paso a paso se iría caldeando.

Focus In” puede ser un buen ejemplo de esa mayor gravedad, extrayendo de su garganta los tonos más agrios que le hayamos escuchado hasta la fecha. La banda tendría tiempo de recordar al Ep homónimo con “Space Eyes”. Aunque si hay un corte que me sorprendió para bien, ese fue a buen seguro “Youth Leisure”, que en directo se acerca peligrosamente a contornos dignos de unos The Smashing Pumpkins como me chivó cierto corsario por línea interna. Su final nervioso e incandescente fue fácilmente mi momento favorito del set.

Fire In The Hole” dejó entremedias un estupendo riff de Noé Grigera y “123” reprodujo la colaboración de Gin Barbería que ya aparecía en el disco. Contó el propio Luismi la forma tan casual en que surgió la colaboración y cómo su presencia “llevó el tema a otro nivel”. Casaron bien ambos registros aquí y la voz de Absalem no tuvo mayores problemas en pasar de tonos amables a los más desgarrados. La suya es una de esas voces de esas que siempre suman. “Palindrome” les acercó a Tool, aunque fuera en la distancia, y la banda dibujó uno de los puentes más llamativos de la jornada.

El final con “War”, para la voz de Nicotine Bubblegum “uno de los temas más especiales” despidió la presentación de un álbum que, esperemos, les traiga no pocas alegrías. En la medida en que la providencia nos lo permita, tened por seguro que os las contaremos por aquí.

Los thrashers Blast Open venían para poner al festival patas arriba. Su propuesta, máxime tras la edición del tremendo “Spitting Blood”, suponía claro la más incendiaria de las tres y el cuarteto, Andrés en guitarra solista, Nefta en guitarra y voces, Marco en baterías y Ton Jerez Araujo al bajo, resultó todo lo frenético que de él se esperaba.

Lo deja claro la intro que antecede a “Riding On A Dead Horse”, donde casualidades de la vida, volvemos a oír la voz de Gin, y la forma en que la banda ataca este primer corte del setlist. Es cierto que el sonido no era nada redondo en esta parte inicial del set. Sea como fuere la banda acertó a la hora de conjugar nervio y melodía. Los viejos Blast Open chocaban así con los actuales en un corte que entiendo como puente entre las distintas encarnaciones de la banda, con Andrés apuntalando la cara más melódica a través de una acertada elección solista.

Fallen Angel” impuso su ritmo casi marcial y el sonido fue mejorando por momentos. Sorprende este Nefta que lo mismo te produce el disco de Nicotine Bubblegum, que se cuelga la guitarra en Blast Open o incluso el bajo en Dumange. Una presencia ya ineludible de nuestra escena y muchas ya las ocasiones en que nuestros caminos se han ido encontrando. “Buenas noches. No nos dejamos ver mucho… en alguna obra quizá” bromeó. Y como si el destino quisiera castigarle por el chascarrillo, fue aquí que tuvo problemas con el monitor. Sin que la cosa pasara a mayores cabe igualmente apuntar.

Porque “Pool Of Blood” desató a los Blast Open más incendiarios. Marco Álvarez puso todo de su parte para, blast beats mediante, poner la nota más extrema de todas cuantas hemos disfrutado en nuestra querida Factoría. Tuvo tiempo la también voz de Sound Of Silence de agradecerle a Andrés su proposición como nuevo miembro de la banda, un embolado más con el que lidiar, y qué mejor para ello que algo como “Cross Hate”, con la banda dando su mejor versión. También la Factoría en lo que a sonido se refiere.

Con “The Ball Of The World” encararon una fulgurante recta final donde hubo tiempo de recordar a aquél debut de 2012 “They Destroy Our World” gracias a una “Blinded” convenientemente adaptada a la actual formación de los asturianos. “Nos vamos a ir yendo” anticipa “Immortals”, tal vez mi favorita de su segundo álbum, previa al cierre por momentos despiadado con “Trying To Escape” para un set en que la banda fue claramente de menos a más.

Tres bandas que no se prodigan en exceso. Todo lo contrario que los muchos correligionarios que parecen no fallar nunca. Si no existieran, tendríamos que inventarlos. Es cierto que esperábamos una mayor venta de entradas. No es menos verdad que quienes nos dejamos caer por allí el pasado viernes disfrutamos de tres formas bien distintas de entender la música en directo. Vaya pues como cierre a esta crónica nuestro agradecimiento a la organización del evento por todas las facilidades y, como viene siendo habitual, nos vemos en el siguiente.

Texto: David Naves
Fotos: José Ángel Muñiz

Agenda: Factoría Rock Fest VI

Ya está aquí la 6ª edición del Factoría Rock Fest, la cita con el evento orquestado por la Asociación Valliniello Sound City tendrá lugar el próximo viernes 3 de mayo en la Factoría Cultural de Avilés y contará con Nicotine BubblegumEstramonio y Blast Open como protagonistas.

Nicotine Bubblegum presentará su primer larga duración en el festival, una obra grabada en los Breakdown Studios con producción de Nefta Vázquez en la que la formación avilesina lleva su sonido un paso adelante adentrándose en el metal experimental y progresivo. Su primer sencillo promocional «123«, cuenta con la colaboración a la voz de Gin Barbería (Absalem, Gemtonics).

Tras su retorno el pasado año tras 7 años desaparecidos del panorama musical astur el combo doom rock mierense Estramonio presentará en la Factoría Cultural su recién grabado nuevo EP.

Tras su brillante paso por el ovetense Kuivi PopUp el pasado verano, los renovados Blast Open retoman la actividad en vivo en el escenario de la factoría para continuar con la defensa en vivo del magnífico «Spitting Blood«, su último trabajo de estudio editado en el 2022 a través de Suspiria Records.

Entradas físicas anticipadas 8€ disponibles en el Bar Route 66 (Avilés).
Precio especial para socios 5€, en taquilla 10€ y socios 7€.
Apertura puertas a las 20 horas.

Nicotine Bubblegum: Primeros detalles de “Twilight Sleep”

Los alternativos avilesinos Nicotine Bubblegum presentan portada, tracklist y primera fecha de presentación en vivo para «Twilight Sleep» su primer larga duración.

01 Fire In The Hole
02 Brinell Hardest
03 M.U.I.L.
04 123
05 Gimme A Blena
06 Palindrome
07 Focus In
08 Youth Leisure
09 War

Grabado en Breakdown Studios con Nefta Vázquez a los controles cuenta con la colaboración de Gin Barbería (Absalem, Gemtonics) en la canción «123«. La portada y diseño ha corrido a cargo de Noé Grigera, guitarra de la banda. La presentación oficial en vivo tendrá lugar el viernes 3 de mayo en el Factoría Rock Fest compartiendo escenario con Estramonio y Blast Open.

Entrada anticipada 8€, socios 5€, a la venta en el Bar Route 66 de Avilés. En taquilla 10€ y socios 7€.

«Fetid» el nuevo disco de Barbarian Swords llegará en abril

«Fetid» el que será segundo álbum de los catalanes Barbarian Swords grabado con Javi Félez en Moontower Studios verá la luz a través de Base Record Production en LP, CD y cassette el 26 de abril y traerá consigo el retorno a su propuesta inicial típicamente black/doom.

01 Cherokee Firestorm
02 Six Feet Of Justice
03 Tancredus, Smash!!
04 Genocidal Theogony
05 Even Brave Men Fear Death
06 Not Even Light

Con portada obra de Juanjo Castellano (The Black Dahlia Murder, Unleashed, Skeletal Remains, Avulsed…), Uretra (Onirophagus) a la batería, Von Päx (voz), J. Pnzr (guitarra, bajo, teclados) y Steamroller (guitarra) han creado una nueva sinfonía de la enfermedad y los pensamientos malsanos.

Agenda: «El Castru Gargantá» Volumen 2

Tras su inauguración el pasado 20 de enero, «El Castru Gargantá» regresa con un nuevo evento protagonizado en esta ocasión por el trio psicodélico madrileño Cinnamon Place, Phoenix Cvlt que repite presentación de su ópera prima «La Profecía» y los rockeros langreanos Diez Osos.

Con apertura de puertas a las 18 horas, el acceso libre que no gratuito, se abrirá una taquilla inversa para que en un ejercicio de responsabilidad del espectador este decida cuanto pagar.