Crónica: Vidiago Rock Festival (Sábado 4/5/2024)

Y el Vidiago Rock Festival renació de sus cenizas. Dos jornadas, siendo la del viernes más orientada al punk y la del sábado más afín al tipo de música que solemos tratar por aquí, nuestra presencia allí tras cubrir un día antes el Factoría Rock Fest VI era poco menos que ineludible. Un cartel que en su cita sabatina que vino a congregar a las bandas Soulbane, Alto Volto, Drunken Buddha, Black Rainbows, Disaster Jacks y Chamako Wey!. Bandas de aquí y de allá para un plantel lo suficientemente diverso y atractivo como para echarnos una vez más a la carretera.

Con nuestra calma habitual, ya está Fernando Alonso para correr, llegamos a Vidiago con tiempo suficiente de hacer un mínimo de turismo. De tomar algo y socializar. También de hacer grupo y piña. Al final te pegas una hora de carretera y terminas viendo a mucha cara conocida. Rediós, que carajo será del rock and roll el día que faltéis.

Soulbane serían los encargados de dar la salida. Tarea ingrata donde las haya. Lidias a la vez con un público aún escaso, que en gran parte no te conoce y tienes todas las papeletas para comerte todos los errores a subsanar en cuanto a sonido durante la jornada. Ante semejante panorama, los de Torrelavega supieron lidiar con los previsibles inconvenientes a través de unas interpretaciones llenas de carisma y clase, así como un set atractivo por su propia diversidad.

Y es que arrancaron y en primera instancia nos sonaron casi setenteros. En gran parte por el registro del que echó mano en un principio el frontman Iván Valle. Siempre es difícil encarar una crónica de una banda a la que desconoces, pero en honor a la verdad diremos que conforme avanzó el setlist se fueron confirmando como una propuesta de lo más ágil y atrevida a la hora de amalgamar géneros.

Porque ya digo que empezaron con esa raíz fuertemente setentera, para después rozar incluso el soul y, conforme avanzó el set, dibujaron cortes que circulaban ya dentro de las lindes del progresivo. “Firewalker” puede ser un buen ejemplo de ello. Largos desarrollos, hábiles cambios de ritmo. Intentaremos, en la medida de lo posible estar atentos a sus evoluciones.

Pero toca seguir relatando el set de los cántabros. Y es que aún aguardaban sorpresas. Porque para “White Raven” cuentan con un trompetista en escena y, de pronto, su propuesta vuelve a mutar. El registro de Valle vira hacia tesituras a medio camino entre Elvis y Danzig y el corte adhiere fórmulas no demasiado distantes de un tardío Ennio Morricone. Hábiles, en cierto modo impredecibles y, sin embargo, extrañamente homogéneos.

Para otro de los cortes incluso contaron con toda una sección de metales (de la charanga El Compango) en escena. Todo con un muy buen sonido gracias al habitual buen hacer de la gente de la Casa Furia. Ya de nuevo en formato cuarteto atacaron un final de set donde no faltaron los habituales agradecimientos. “Hace diez años de nuestra anterior visita” comentaría Valle. Amenazamos con seguir la pista de los torrelaveguenses.

A quienes seguimos la pista desde hace ya tiempo es a la buena gente de Alto Volto. Y es que la cara de Borja cuando nos vio al pie del escenario en los instantes previos al comienzo de su descarga lo dice todo. Un tío con clase, como demuestra la camiseta verde con el logo de los MC5 que lucía. O ese solo con pie al wah con el que dio la bienvenida en Vidiago. Son una banda que ahora alterna letras en nuestro idioma con otras en la lengua de Shakespeare y en el fondo son la típica banda que, podrá gustar más o menos, pero muy buenos en lo suyo.

“Noches sin dormir… esto es insomnio” comunica el propio Borja. Y el trío, que completan Juan Villamil (batería), Diego Motta (bajo), profundizó en su peculiar mezcolanza de hard, blues y rock and roll del de toda la vida. Pero es “Veneno” la que capta mi atención en esta parte inicial del set. Quizá por ese mayor acercamiento al viejo hard rock. La cabra tira al monte (prometo dejar obsoleto este latiguillo de una vez). “Es un placer para nosotros estar aquí”, asegura el propio Borja, y a juzgar por lo redondos que estaban sonando, no nos cabe la menor duda.

El recuerdo al primer álbum que trae consigo “Before You Came” extrae de hecho la cara más aguardentosa del frontman asturiano. Y por si quedaba alguien aún con legañas a modo de resaca de la jornada anterior, qué mejor que algo como “Wake Up”. Ni grandes excesos ni tampoco mayores complicaciones. De ahí que siempre cumplan en la forma en que lo hacen.

Cambio de Fender a Les Paul mediante, aprovechó entonces Borja para dedicar “Habitaciones Frías” a “Marisol, que nos ha dejado hace pocas horas”, levantando una sentida ovación por parte del público del Vidiago. “Baila”, que estará en su próximo álbum de estudio, desata a los Alto Volto más blueseros. También al mejor Motta en las cuatro cuerdas. Y mientras que “Atontado” centra sus miras en el mal uso de las redes sociales, “Now You Know” entrega, piensa uno, la mejor cara del cuarteto.

Quiso también Borja tener un momento para recordar a Wayne Kramer, guitarrista de MC5 que nos dejara el pasado dos de febrero a la edad de 75 años. También advertirnos de que Drunken Buddha nos iban a poner a “bailar el pericote”. Esta gente tiene más clase que una universidad.

A nadie se le escapa que Drunken Buddha son un animal bien diferente. Y de hecho sería un ejercicio de cinismo por nuestra parte negar el afecto que sentimos por el quinteto radicado en Gijón. Son ya muchas las ocasiones que nuestros caminos se han cruzado y las más de las veces hemos sido testigos de shows muchas veces impepinables. Y es que, tirando una vez más de tópicos, esta es una de esas bandas que rara vez empata, pero que desde luego nunca pierde.

Y no pierde porque ese arranque con la intro “March Of Dementia” encauzando con “Sea Of Madness” pronto pone Vidiago a sus pies. Es así, máxime si logran sonar como lo hicieron en la jornada del sábado. Es cierto que, al menos desde mi posición, a veces costaba oír los solos de Diego Riesgo. Pero no es menos verdad, y perdón por la insistencia, sé que lo hemos dicho ya muchas veces, que la nueva base rítmica de la banda, Kay en baterías y Fran Fidalgo al bajo, les propulsa a otro nivel, sumando por igual precisión y clase.

“¿Empezar a charrar ya?” amenaza el frontman Michael Arthur Long. No hombre, no. Mejor el rock disfrutón de “Devil’s Breath” para dejar sin aliento a quienes todavía no tuvieran el gusto de conocerles. Finísimo como siempre Mario Herrero en teclas. Parte indisoluble de la añeja propuesta de los asturianos. “Can’t Hold Your Gaze” sería a la sazón una de mis favoritas del sábado. Por los coros de Diego y Mario primero y por la forma en que, uno a cada extremo del escenario, jugaron a encontrarse durante sus respectivos solos.

Algún tema nuevo, que integrará un tercer trabajo que nos morimos de ganas por escuchar, y la fiesta a la que ya nos tienen acostumbrados. No se le escapa a nadie que con nosotros tienen perdido ya el factor sorpresa. En cualquier caso puedo dar fe desde aquí de que la gente, conocidos y extraños, se lo estaba pasando en grande. “Concierto corto pero concentrado, como Ron Jeremy”. Me sonaba el chascarrillo, sí. Idiosincrasia Buddha, después de todo.

La frenética “Hang ‘Em High” daría con los huesos de Arthur Long en la valla, aupado por algún que otro sorprendido espectador, y sería anticipo de “un tema más stoner”, no otro que la siempre rocosa y desgarrada “Monster” de su debut de 2018. Solazo de Diego y el vocalista llevado en volandas por la audiencia. La fiesta se desataba en Vidiago. Uno de los cortes que siempre ayuda en el empeño es “Dance Of The Serpent Queen” y su pegadizo (no quisiera decir pegajoso) coro que la gente cantó de muy buena gana ante las exigencias del frontman: “pero cantad, cabrones”.

Ya descamisado, como de hecho viene siendo habitual en él, anunció tener dos noticias. La mala y la buena. Siendo la primera que el set iba tocando a su fin y la buena que tras ellos le llegaba el turno de los italianos Black Rainbows. Pero faltaba, claro, “Medicine Man”, y el despliegue físico/alcohólico que acostumbra a desatar, con el vocalista bajando al césped y bañándose una noche más en champán. “Ye de lo barato del Mercadona”, diría luego mientras se frotaba los ojos de vuelta en las tablas. Todo sea por la fiesta y el rock and roll.

Strangers & Fools” apacigua entonces los ánimos. Apenas un inciso antes de que el propio Arthur Long amenace con vestirse de traje y tornar en crooner en un futuro cercano. Mientras llega ese momento, quedarán en la retina los buenos ratos vividos en Vidiago el pasado sábado. Se despidieron, claro, revisitando una noche más “Highway Star”, con un gran Mario a las teclas y el propio Diego bajando al foso y entregando tan icónico solo al público de las primeras filas. Gran ovación para un tremendo fin de fiesta. Otra plaza conquistada, que diría aquél, por mucho que no estén las cosas ni mucho menos como para andar empleando terminología bélica. Acabaré por comerme las uñas hasta el codo como no llegue pronto ese tercer disco. Triunfales.

Lo bonito de ir a ciertos festivales a dejarte sorprender es que, en ciertas ocasiones, ocurre la magia. Porque no lo tenían nada fácil los italianos Black Rainbows tras el despliegue de los Buddha, pero fue salir con “Evil Snake”, de aquél “Stellar Prophecy” de 2016, y desatar (o continuar) con la mayor de las fiestas.

A puro stoner de riff tan grueso como pegadizo, y aún a pesar de algunos problemas de Gabriele Fiori con el ampli de su guitarra, supieron poner Vidiago a sus pies. Llevaba el italiano una camiseta con el emblema de Heavy Psych Sounds, sello de la banda y auténtica marca de referencia para todo buen fan del género más fumeta. Es cierto que muchos de sus temas pueden pecar de un abuso de la misma estructura. Pero al fin y al cabo esa cierta simpleza en las composiciones revierte en unos temas sólidos cual roca madre.

Mucho bailoteo en las primeras filas y es que su propuesta, con el impulso de esos riffs tan marcados, desde luego da pie a ello. Con la base rítmica de Filippo Ragazzoni (batería) y Edoardo “Mancio” Mancini (bajo) funcionando como un reloj de precisión, todo salía a pedir de Milhouse que decía aquél.

Entrado ya el set, y toda vez su música se inunda en mayor grado de distorsiones y efectos diversos, su propuesta alcanza tintes más espaciales, lindando sin tocar las fronteras de la psicodelia y propulsando a los romanos a cotas hasta ese momento desconocidas en su descarga. En cierto modo no quisieron ser menos que Alto Volto, aprovechando para insertar aquí su particular revisión del “Black To Comm” de los MC5.

Los disfrutamos. Después de todo por algo somos un medio con un tal Ozzy Osbourne como emblema, aunque fuera el de Monster Magnet el nombre que acudiría con más fuerza a mi subconsciente durante determinados momentos del show. “The Hunter” rubricaría un gran final y daría pie a un pequeño bis. “Universal Phase” si mis datos son correctos. Vinieron, descargaron un gran set y, así tal cual, se fueron con la satisfacción del deber cumplido. Banda a tener muy en cuenta. Eh, Factoría, yo no digo nada.

Al grito de “bona nit, Asturies” desencadenaron su descarga los catalanes Disaster Jacks, propuesta más lindante con el punk de toda la jornada del sábado. El trío que forman la guitarra y voz Angi, la batería Marle y el bajista Iggy, vendrían a darle un impulso más a una noche que encaraba ya su recta final y ponía a prueba las ganas de fiesta de los aún presentes. Porque fue sensible la desbandada tras Black Rainbows, lo que de todas formas no arredró al trío radicado en Sabadell.

Punk, claro, tan vivaracho como reivindicativo. Con Angi destapándose como una estupenda frontwoman en cortes como las iniciales “The Mirror” y “Upside Down”. “Faltan mujeres en los escenarios” y es verdad. Después de todo y como bien apuntó la catalana, tanto ella como Marle eran las únicas presencias femeninas de entre todas las bandas del sábado. Agradable la forma en que su punk muta desde entornos casi cercanos al pop a feroces andanadas que rozan el hardcore. Propuesta elástica y disfrutona, es verdad que no hacen el tipo de música que solemos tratar en este medio pero, al menos en lo que a mí respecta, puedo decir que en absoluto me desagradaron.

En “Everlast” quiso la propia Angi tener un detalle con “todas las mujeres, también las trans”, que por algo el verdadero punk será siempre vanguardia en oposición a los más reaccionarios. “¿A quien le gustan las baladas?”, claro, anticipó uno de los cortes más furibundos del set. Y al igual que hicieran antes Drunken Buddha, Angi no quiso perder su oportunidad de perderse entre la gente. Todo lo que el cable de su Les Paul dio de sí y con Macini de Black Rainbows en primera fila y sin perder ripio de sus evoluciones arriba (y abajo) del escenario.

Ya de vuelta a las tablas aún tendría tiempo de intercambiarse los instrumentos con Iggy, y este incluso de dibujar un tímido solo de guitarra. Firmaron un final juguetón y ya digo que para no ser enteramente “mi rollo”, disfruté de su particular punk rock. Fiesta y espíritu reivindicativo. Qué más queréis.

El quinteto con base en Langreo sería el encargado de cerrar esta nueva, y creemos exitosa, edición del Vidiago Rock Festival. Y lo harían con su habitual colisión de thrash y groove para alegría de los pocos supervivientes que aún quedábamos frente a las tablas. Lo cierto es que no era tan tarde. Para lo que nos tienen acostumbrado citas de este estilo, cinco minutos después de las dos es una hora todavía razonable.

En cualquier caso Ángel Cueli, impulsor del evento (y que se había encargado de presentar a todas y cada una de las bandas del cartel) no quiso perder la oportunidad de cantarle el cumpleaños feliz a Dani Larriet, vocalista de la banda, por más que dados los caprichos del reloj, el calendario hubiese corrido ya una fecha más. Sea como fuere suena el celebérrimo tema de Halloween de John Carpenter y Vidiago acoge la propuesta más extrema y bruta de la jornada.

Larriet, experto ya en estas lides, le recordamos cerrando con Unexpectance la multitudinaria vuelta del Unirock en 2022, desató sus registros más oscuros para dar con una “The Butcher” donde ya Adrián “Mostro” entregaría un estupendo solo de guitarra. Y sí. La gente estaba (estábamos) muy parada. Un poco por las horas, otro tanto porque quien más, quien menos, no conocía la agria propuesta de los astures. O no era de su gusto. Quilosá.

Poco han cambiado desde nuestro anterior y encuentro con ellos allá por febrero de este mismo año, por lo que en lo que a nosotros respecta cupieron pocas sorpresas. Pero la banda, técnicos de Casa Furia mediante, sonó todo lo gruesa que debía. Con un Mike Jiménez a los parches ya plenamente integrado en la disciplina del quinteto, alternaron temas propios (“Fariseos”, “Zombie Caníbal”) con otros ajenos como ese “Edgecrusher” de Fear Factory, donde quizá eché en falta los scratches que DJ Zodiac aportara en el original, pero ni mucho menos toda su pegada y rotundidad. Reconocería Larriet que esta era una cita especial para él, no por nada se trataba ya de su cuarta aparición por el festival. Se dice pronto.

Pero sí. La gente estaba ya algo dispersa. Tal es así que el propio Cueli quiso tener el detalle de irrumpir en escena para pedirle a los despistados que se acercaran a las primeras filas y arroparan a la banda. Y la banda respondió en sintonía. “Indomable”, “Pendejos Fronterizos” y su particular revisión del “Take My Scars” de Machine Head vinieron a dar la verdadera medida de la actual encarnación del combo. con “La Migra” de Brujeria, a buen seguro una de sus grandes referencias estilísticas, dirían adiós a su descarga y al propio festival.

Félix, claro, aprovechó para emplazar a la edición del año que viene. En la medida en que las circunstancias (agenda, salud, etcétera) nos lo permitan, desde luego que pueden contar con nosotros. Por lo mucho que disfrutamos allí pero muy especialmente por el cariño con que nos trataron. Da gusto llegar a una cita como esta y sentirse como en casa. Transmiten el amor por el rock and roll con el que la organización saca adelante el evento y la gente acude a disfrutar en total sintonía con ese ambiente casi fraternal. Un espíritu que bien se podría resumir la presencia en las primeras filas de Edoardo Mancini durante la descarga de Disaster Jacks.

Por nuestra parte nada más. Mandar un fuerte abrazo a los habituales de siempre, a la agradable compañía y mandar el deseo sincero de que esta temporada de festivales que ahora comienza se dé lo mejor posible. A nosotros seguro nos encontraréis por ahí. Larga vida al Vidiago Rock.

Texto: David Naves
Fotos: José Ángel Muñiz

Crónica: Nuevecondiez + Deklibe (Langreo 20/4/2024)

La Sala Telva de La Felguera (Langreo) fue el lugar elegido por los gijoneses NueveConDiez para iniciar la gira de presentación de su último single “El Futuro Era Un Disparo” y no pudieron escoger mejores compañeros de viaje para el evento que los donostiarras Deklibe.

A las 20:30, hora prevista para la apertura de puertas, en el entorno de la sala ya se vivía el ambiente de la fiesta que estaba por llegar. Pasaban unos minutos de las 21 horas cuando salen a escena los de gipuzkoa con su punk rock combativo y unas ganas enormes de hacérnoslo pasar en grande… y vaya si lo consiguieron. Si bien con los primeros acordes de “¿A Donde Ir?”, que previsiblemente será uno de los cortes de su segundo álbum, el publico estaba un tanto expectante, el buen hacer de David a las voces y Mikel a la guitarra, enseguida consiguieron hacer vibrar a la sala.

Con el segundo tema, “La Democracia Ha Muerto”, que da titulo a su primer disco, ya estábamos en sus manos. Jorge a la otra guitarra, Charly a los parches y Xavi al bajo, descamisado ya desde la primera canción y cerveza en mano, contribuyeron en buena medida a ello. Con “Triste CiudadDavid pidió colaboración de los presentes para acompañarle en el pegadizo estribillo que no dudamos en corear a todo pulmón. Siguieron con “Deklibe” y “Solo Te Queda Luchar”, una de mis favoritas, para dar paso a otra de sus nuevas composiciones “Madres” que dedicaron a todas las madres allí presentes. Con “Autodestrucción”, otro de los temas que mas calaron en la audiencia, volverían a poner la sala patas arriba.

Llego a continuación el momento más emotivo del concierto, al presentar el tema “Ultima Noche” que dedicaron a su amigo fallecido Sergio, quien con parálisis cerebral y, pese a sus limitaciones físicas, por usar silla de ruedas, siempre luchó contra todas las adversidades para tener su espacio, dedicatoria que hicieron extensible a todas las personas con discapacidad. La recta final del concierto comenzó con “Paniko” para seguir con “Rock & Roll” e “Hijos De La Calle” en la que se enorgullecen de sus orígenes en Trintxerpe, barrio obrero de Pasaia.

Tras un breve parón y con el publico volcado que siguiera la fiesta, continuaron con otros dos temas nuevos “Síndrome De Abstinencia” y “A sangre Y Fuego”. Terminarían con “Sal A La Calle” dejando al respetable con ganas de más. Una buena presentación la que hicieron los Deklibe por tierras asturianas que sin duda, repetirán más pronto que tarde. Así lo espero.

Tras unos pocos minutos para el cambio de escenario empezaría a sonar la “intro” con la que NueveConDiez darían comienzo a su actuación. Con los músicos de espaldas y el publico expectante arrancarían con la rockera “Morir En Una Canción” de su último disco “Tu, Yo y El Fin Del Mundo” nominado en los Premios AMAS a mejor disco de rock en 2022. Continuaron con la reivindicativa “Todo Se Pudre Bajo El Mismo Sol” y “00:00 y Piko”, en estos primeros compases ver a Fran Rubio liberado de las labores de guitarra aportó una mayor interacción con el publico a la par que una interpretación aún más sentida de los temas.

La guitarra rítmica queda delegada en la última incorporación al combo gijonés, un magnifico Eneko Ramos que cumple a la perfección con el cometido. Remontamos, a continuación, a uno de sus primeros y más celebrados temas con “Lo Sabes Bien” con ese inicial riff de bajo a cargo de Isma Dominguez que pone los pelos de punta. La labor rítmica la completa Marco Álvarez a la batería con una pegada que hizo temblar la sala durante toda su actuación.

Siguen de remember con “El Pernicioso Vicio De Pensar” para dar paso a “Tu, Yo y El Fin Del Mundo” donde la guitarra de Fran Jiménez luce de forma especial. Una labor la suya, que si bien se le apreciaron unos ligeros problemas con lo que escuchaba por sus in-air, no se vio en absoluto empañada en toda la actuación, realizando un show que a los ojos y oídos del que escribe resultó impresionante.

El siguiente tema era el que más ganas tenia de oír, su último single, pues tras las buenas impresiones que me había dejado la versión de estudio quería ser testigo de como se trasladaba al directo, el resultado no pudo ser mejor. Aquí Fran Rubio recoge su guitarra aportando un sonido aún más contundente con tres guitarras sobre el escenario. Presentaron otro tema nuevo, al menos para mí, “Generación Hastío” que dio un poco de respiro al publico que hasta ese momento no había dejado de corear los temas interpretados.

A continuación dieron paso a la estupenda “Insignificante” que volvió a desatar la locura para seguir, tras una breve introducción con “Mayo” y “No Hablaron” temas que a un servidor le remueven por dentro. La recta final del concierto la encararon con “Tarde”, el nuevo tema “Ciudadano” y la estupenda “Bala Perdida”. Pero el público quería más y, pese a que la hora mandaba y tenían que finalizar, aún nos regalaron, no sin antes unos cuantos gritos por parte del respetable, los temas “Todo Lo contrario” y “Mi Soledad” poniendo fin a un concierto memorable.

Dejan patente, aunque nada tienen que demostrar ya a estas alturas, que tras varios cambios en la formación original, la banda ha evolucionado y destaca por un poderoso directo con una actitud arrolladora y reivindicativa. Gracias por una gran velada de rock and roll combativo, el futuro era…un bolazo.

Texto y fotos: Miguel Rubio

Agenda: Nuevecondiez + Deklibe en Langreo

Nuevecondiez dan el pistoletazo de salida a su nueva gira «El Futuro Era Un Disparo» el próximo sábado 20 de abril en la Sala Telva de La Felguera (Langreo). La cita con los gijoneses contará con el combo punk rock vasco Deklibe como invitados.

Con apertura de puertas a las 20:30 horas, la entrada anticipada tiene un coste de 8€ en los siguientes puntos físicos:

Sala Telva (Langreo)
Librería Paradiso (Gijón)
Cervecería El Lúpulo Feroz (Oviedo)
El Arfueyo De Fanny (Avilés)

Venta online: www.salatelva.es

Saratoga cabeza de cartel del FICAL

Apenas 6 meses después de su paso por el Teatro El Llar de Corvera, Saratoga regresa a los escenarios asturianos como cabeza de cartel de la próxima edición del FICAL, el Festival Internacional de Cerveza Artesano de Llangréu que tendrá lugar del 12 al 14 de abril.

La cita de carácter gratuito con la banda madrileña será en la medianoche del sábado 13 de abril en la habitual ubicación del evento, las instalaciones de la Pinacoteca Eduardo Úrculo situada en la calle La Unión número 31 de Langreo. El resto de la oferta musical estará compuesta por la banda tributo a Black Sabbath Rat Sabbath, Flashback, La Mørgue, Los Berrones, Misiva, Soulvattore Di Groove, Pablo Valdés, Malvís, Endernity, The Black Panthys Party y Me Fritos And The Gimme Cheetos con el siguiente reparto de horarios:

Viernes 12 de abril
20:00 h.  RAT SABBATH (Escenariu Roces)
21:00 h. FLASHBACK (Escenariu Roces)
22:30 h. LA MøRGUE (Escenariu Principal)
00:00 h. LOS BERRONES (Escenariu Principal)
1:30 h. MISIVA (Escenariu Principal)
3:00 h. SOULVATTORE DI GROOVE (Escenariu Principal)

Sábado 13 de Abril
19:00 h. MALVÍS (Escenariu Roces)
20:30 h. THE BLACK PHANTYS PARTY (Escenariu Roces)
22:30 h. ENDERNITY (Escenariu Principal)
00:00 h. SARATOGA (Escenariu Principal)
1:30 h. ME FRITOS AND THE GIMME CHEETOS (Escenariu Principal)
3:00 h. SOULVATTORE DI GROOVE (Escenariu Principal)

Domingo 14 de abril
13:30 h. PABLO VALDÉS TRÍO (Escenariu Roces)

Reseña: Polemika «Santa Estupidez» (Autoproducción 2023)

Empezar reconociendo que no somos muy de punk rock por estos lares me parecía lo correcto. Quien mucho aprieta, ya saben. Pero hete aquí que la buena gente de Polemika nos ha hecho llegar una copia física de su más reciente Ep, este “Santa Estupidez”, y qué menos que dedicarle unas escuchas primero y unas palabras después. Viene en un elegantísimo digipack de dos cuerpos, blanco nuclear, con un cuidado diseño pero donde echo a faltar algo más de información. La propia formación de la banda, que integra gente de Chabacanos, Inntermezzo o Pripyat, no viene por ningún lado. ¿Despiste o una forma de priorizar el mensaje sobre el mensajero? Grabado en ZL Audio, consta de cinco cortes, entre ellos su primera incursión en asturianu, junto a dos entregas recuperadas de aquél “Fuerzas De Flaqueza” de 2019.

Bailarte El Agua”, corte que recuperan ahora y que a su vez inauguraba el “Fuerzas De Flaqueza”, arranca de nuevo con buen tiento melódico lo que no deja de ser un punk de vibraciones clásicas y pulso ágil. Una composición que me recuerda a aquellos años de juventud en que alternaba a Boikot y La Polla con Metallica, Judas Priest y Koma ejerciendo de puente entre ambos mundos. “A tu edad yo también era punk”, se podría decir. Al final servidor terminó derivando más hacia el cuero y la melena que la cresta y los imperdibles y de ahí que mis referentes, a día de hoy, sigan siendo del todo clásicos. Pero da la impresión que los de Polemika no lo son menos. Ejerciendo la nostalgia sin olvidar el año en que nos encontramos. Un arranque que no me desagrada en absoluto.

El segundo de lo temas recuperados es este “El Sonido De Las Bombas”, no veremos el día en que letras como esta pasen a la irrelevancia, hace por aumentar el rango sonoro de este “Santa estupidez”. De hecho y aunque sea de forma leve, a ratos parecen lindar terrenos más propios del grunge. Lo que sigue a esas primeras estrofas es un punk encolerizado, con quizá la línea de batería más ágil de todo el Ep. Buenos cambios de ritmo, me agrada la forma en que engarzan las distintas estrofas pero quizá eche en falta un poco más de nervio en sus distintas líneas de voz.

Es fácil poner a los pies de los caballos la letra de una “Santa Estupidez” que centra sus miras en las redes sociales. La inevitable crítica contra los comportamientos que estas exacerban frente a la ya imperante obligación, como banda, de estar presente en ellas porque, de lo contrario, no existes. Hemos vendido nuestras almas al algoritmo, como bien apunta la letra, y lo peor es que no parece quedar más alternativa. Es quizá por esa frustrante inevitabilidad que el corte dibuje una cierta sensación de abatimiento. De melancolía incluso.

Por ahí “Repunante” resulta más elemental, más cercana a un punk primario y seminal. Destaca, claro, esa letra en asturianu. En lo personal agradezco el mayor nervio que Polemika desarrollan aquí. También esos coros que acentúan cada estribillo y como la línea de voz despliega aquella mala leche que reclamé para “El Sonido De Las Bombas”.

Buen Suceso” sorprende en su deriva hacia un rock más elegante. Mala Reputación es un nombre que vuelve a mi memoria con cada nueva escucha. Pero también Marea o, en menor medida, Extremoduro. Lo cierto es que empata con “El Sonido De Las Bombas” al revelarse como el corte más diferente de “Santa Estupidez” mientras deja muestras de una mayor ambición en aspecto puramente gramáticos. Desde luego sigue encerrando mucho punk en sus entrañas, esos riffs más acelerados de los estribillos, y cierra el Ep quién sabe si mostrando el camino a seguir por estos remozados Polemika de cara a futuros trabajos.

Insisto en reconocer que no es una banda que facture el tipo de música que más acostumbro a escuchar a día de hoy. Pero por ahí quedan pequeños escarceos fuera de su rango de acción que no hacen sino contribuir a una mejor digestión para el oído mas profano. Los más asiduos al género quizá echen en falta algo más de músculo, así como un sonido algo más redondo, pero a buen seguro encontrarán más de un asidero al que agarrarse.

PD: Aprovechando la ocasión, no quería cerrar esta modesta reseña sin lanzar un llamado a todo buen fan del punk e invitarle a sumarse a la Brigada, pues presumo no será este el último trabajo de punk que nos llegue (como tampoco ha sido el primero) y bien haríamos en hacerlos pasar por oídos mejor entrenados que el de servidor.

Texto: David Naves