Crónica: Saratoga (Teatro El Llar de Corvera 20/10/2023)

Apenas meses habían transcurrido desde la última visita de la iguana a nuestra región y aquí teníamos de nuevo a las huestes de Niko del Hierro dispuestas a dar otra buena ración de heavy metal a la antigua usanza, en solitario y con la gravedad de un salto al vacío. Saratoga citaban esta vez a los suyos en el Llar de Corvera, residencia de anteriores ediciones de nuestro querido Rockvera Fest y que en una fría y aguada noche de octubre ofreció lo mejor de sí para recibir como se merece al cuarteto nacido y afincado en Madrid.

Apenas un minuto pasaba de las diez cuando suena la introducción que viene a anticipar la descarga. Con un gran telón como fondo y otro par de menores dimensiones como mayores detalles de su puesta en escena, el público asturiano, se hablaba de alrededor de unos doscientos tickets vendidos, recibió a la banda como se merece. “A Morir” sería el primero de los cortes que nos dejarían dentro de un set que, entre semana, Niko del Hierro anunció traería sorpresas.

Pero mientras quien más, quien menos aguardaba dichas gemas escondidas, bien están clásicos como “Mi Ciudad” y ese Tete siempre en forma, siempre sin negociar un esfuerzo, siempre al pie del cañón. El de Pinto, si bien un vocalista cuyas evoluciones sobre el escenario provocan todo tipo de reacciones, volvió a dejarnos toda su gama habitual de agudos, así como sus cada vez más presentes voces guturales. Un vocalista que ha ido ganando peso y tablas con el correr de los años y que encaja como un guante en la actual encarnación de la banda.

Una banda que siguió recorriendo su trayectoria. Porque si bien “El Vuelo Del Halcón”, que Novoa nos dedica a todos los presentes, pasa por ser uno de los cortes más recordados del periplo del vocalista en Saratoga, otro tanto se puede decir de “Maldito Corazón”, verdadero estandarte del que fuera su predecesor en el cargo. Más allá del solo que protagonizaría más adelante, cabe hablar también de un Arnau Martí que parece más en su salsa que nunca. Hay cortes como “Ángel De Barro” que han crecido una barbaridad con él tras la batería. El valenciano parece haber caído de pie en el seno de la formación y se nota. Muy suelto, firme en cuanto a pegada e incluso original a la hora de introducir los muchos cambios de ritmo. El valenciano se dejó la piel y de justos es reconocérselo.

De la entre comillas reciente “No Sufriré Jamás Por Ti” pasan a “Rojo Fuego” y el set parece abrazar principio y final mientras vemos a Niko con la fuerza y la intensidad de toda la vida. Puede sonar a tópico pero lo cierto es que por él parece no correr el tiempo. Siempre original a la hora de dar vida a las distintas líneas de bajo y sin escatimar ni un segundo en la búsqueda de la necesaria conexión con la audiencia. Una noche más podemos decir que el carabanchelero se tiene bien merecida su fama.

Con “Lejos De Ti” llega una calma que Novoa pide se ilumine con las luces de nuestros móviles. Qué habrá sido de nuestro amigo el mechero, piensa alguno. Aquí vimos algo fallón a Jero. Nada catastrófico, vaya por delante, pero desde luego sorprendente en alguien de su dilatada trayectoria. Tampoco seremos nosotros quienes nos cebemos con él, ya ves, si como diría aquél no sabemos tocar ni el triángulo, pero no faltamos a la verdad si decimos que le hemos visto en mejores condiciones.

Llegó entonces el momento de brillar para Arnau tras su kit de batería mientras sus compañeros se tomaban un pequeño descanso. Y a término, también para las sorpresas mediante una “Morir En El Bien · Vivir En El Mal” del disco homónimo de 2016 y que sorprendió al más pintado. La anticipada promesa de Niko, como podréis ver, no caía en saco roto. Tocó el turno entonces para la no tan inesperada “Las Puertas Del Cielo”, auténtica favorita de quien escribe y a tenor de lo visto y oído, también de mucho del público presente en el Llar.

Sería Novoa entonces quien se quedaría solo sobre las tablas, interactuando con la gente y sacando de cierto letargo al siempre diesel, frío e incluso acomodaticio público astur. Como ya dije antes, el frontman de Saratoga podrá generar todo tipo de reacciones encontradas pero en él ganas y profesionalidad nunca escasean. “Heavy Metal” sería otra de las piezas rescatadas del olvido, todo lo contrario que la más habitual y siempre poderosa “Resurrección”, con Arnau desatado tras el kit.

En lo personal, la segunda de las baladas de la jornada, la inevitable “Si Amaneciera”, se me hizo algo cuesta arriba. No así a un público que llevaría en volandas a la banda. Muy querida por su parroquia, es innegable. Sería entonces Niko quien se quedaría a solas en las tablas para un siempre llamativo solo de bajo, que la banda enlazaría después con uno de los cortes con más gancho de la era Novoa, que no es otro que “Como El Viento”, que finiquita el show… a falta de los bises.

Vimos algo justo ya a Tete en “Mi Venganza”, que dado el derroche de energía con el que afrontó el set, viene a ser lo normal, no fuéramos a pensar que el chico no es humano. Y en cualquier caso aún tuvo fuerzas para sacar adelante y con solvencia la irresistible dupla final que conforman “Vientos De Guerra” y “Perro Traidor”, a la que quizá le habría cambiado el orden pero que, de todas formas, ya sabéis que bien está lo que bien acaba.

Saratoga cumplieron en el Llar. Hora y tres cuartos de su acostumbrado heavy metal, salpimentado con varias sorpresas a lo largo del set y en donde no faltaron la debida comunión con su gente, sobre todo con la audiencia más joven y hasta el confeti. Treinta años en la carretera pero aún con ganas de divertir y pasárselo bien. Y aunque aquí y allá hubiera pequeños errores, tampoco podemos decir que fueran a mayores o empañaran la jornada. Nada más lejos.

Como siempre, agradecer a FNR Promotora por todas las facilidades y mandar un afectuoso saludo a Eneko Ramos, Melissa Suárez, Iván Canedo y José Miguel “Lago”. Nos vemos en el siguiente.

Texto: David Naves
Fotos: José Ángel Muñiz

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