Crónica: Vidiago Rock Festival (Sábado 4/5/2024)

Y el Vidiago Rock Festival renació de sus cenizas. Dos jornadas, siendo la del viernes más orientada al punk y la del sábado más afín al tipo de música que solemos tratar por aquí, nuestra presencia allí tras cubrir un día antes el Factoría Rock Fest VI era poco menos que ineludible. Un cartel que en su cita sabatina que vino a congregar a las bandas Soulbane, Alto Volto, Drunken Buddha, Black Rainbows, Disaster Jacks y Chamako Wey!. Bandas de aquí y de allá para un plantel lo suficientemente diverso y atractivo como para echarnos una vez más a la carretera.

Con nuestra calma habitual, ya está Fernando Alonso para correr, llegamos a Vidiago con tiempo suficiente de hacer un mínimo de turismo. De tomar algo y socializar. También de hacer grupo y piña. Al final te pegas una hora de carretera y terminas viendo a mucha cara conocida. Rediós, que carajo será del rock and roll el día que faltéis.

Soulbane serían los encargados de dar la salida. Tarea ingrata donde las haya. Lidias a la vez con un público aún escaso, que en gran parte no te conoce y tienes todas las papeletas para comerte todos los errores a subsanar en cuanto a sonido durante la jornada. Ante semejante panorama, los de Torrelavega supieron lidiar con los previsibles inconvenientes a través de unas interpretaciones llenas de carisma y clase, así como un set atractivo por su propia diversidad.

Y es que arrancaron y en primera instancia nos sonaron casi setenteros. En gran parte por el registro del que echó mano en un principio el frontman Iván Valle. Siempre es difícil encarar una crónica de una banda a la que desconoces, pero en honor a la verdad diremos que conforme avanzó el setlist se fueron confirmando como una propuesta de lo más ágil y atrevida a la hora de amalgamar géneros.

Porque ya digo que empezaron con esa raíz fuertemente setentera, para después rozar incluso el soul y, conforme avanzó el set, dibujaron cortes que circulaban ya dentro de las lindes del progresivo. “Firewalker” puede ser un buen ejemplo de ello. Largos desarrollos, hábiles cambios de ritmo. Intentaremos, en la medida de lo posible estar atentos a sus evoluciones.

Pero toca seguir relatando el set de los cántabros. Y es que aún aguardaban sorpresas. Porque para “White Raven” cuentan con un trompetista en escena y, de pronto, su propuesta vuelve a mutar. El registro de Valle vira hacia tesituras a medio camino entre Elvis y Danzig y el corte adhiere fórmulas no demasiado distantes de un tardío Ennio Morricone. Hábiles, en cierto modo impredecibles y, sin embargo, extrañamente homogéneos.

Para otro de los cortes incluso contaron con toda una sección de metales (de la charanga El Compango) en escena. Todo con un muy buen sonido gracias al habitual buen hacer de la gente de la Casa Furia. Ya de nuevo en formato cuarteto atacaron un final de set donde no faltaron los habituales agradecimientos. “Hace diez años de nuestra anterior visita” comentaría Valle. Amenazamos con seguir la pista de los torrelaveguenses.

A quienes seguimos la pista desde hace ya tiempo es a la buena gente de Alto Volto. Y es que la cara de Borja cuando nos vio al pie del escenario en los instantes previos al comienzo de su descarga lo dice todo. Un tío con clase, como demuestra la camiseta verde con el logo de los MC5 que lucía. O ese solo con pie al wah con el que dio la bienvenida en Vidiago. Son una banda que ahora alterna letras en nuestro idioma con otras en la lengua de Shakespeare y en el fondo son la típica banda que, podrá gustar más o menos, pero muy buenos en lo suyo.

“Noches sin dormir… esto es insomnio” comunica el propio Borja. Y el trío, que completan Juan Villamil (batería), Diego Motta (bajo), profundizó en su peculiar mezcolanza de hard, blues y rock and roll del de toda la vida. Pero es “Veneno” la que capta mi atención en esta parte inicial del set. Quizá por ese mayor acercamiento al viejo hard rock. La cabra tira al monte (prometo dejar obsoleto este latiguillo de una vez). “Es un placer para nosotros estar aquí”, asegura el propio Borja, y a juzgar por lo redondos que estaban sonando, no nos cabe la menor duda.

El recuerdo al primer álbum que trae consigo “Before You Came” extrae de hecho la cara más aguardentosa del frontman asturiano. Y por si quedaba alguien aún con legañas a modo de resaca de la jornada anterior, qué mejor que algo como “Wake Up”. Ni grandes excesos ni tampoco mayores complicaciones. De ahí que siempre cumplan en la forma en que lo hacen.

Cambio de Fender a Les Paul mediante, aprovechó entonces Borja para dedicar “Habitaciones Frías” a “Marisol, que nos ha dejado hace pocas horas”, levantando una sentida ovación por parte del público del Vidiago. “Baila”, que estará en su próximo álbum de estudio, desata a los Alto Volto más blueseros. También al mejor Motta en las cuatro cuerdas. Y mientras que “Atontado” centra sus miras en el mal uso de las redes sociales, “Now You Know” entrega, piensa uno, la mejor cara del cuarteto.

Quiso también Borja tener un momento para recordar a Wayne Kramer, guitarrista de MC5 que nos dejara el pasado dos de febrero a la edad de 75 años. También advertirnos de que Drunken Buddha nos iban a poner a “bailar el pericote”. Esta gente tiene más clase que una universidad.

A nadie se le escapa que Drunken Buddha son un animal bien diferente. Y de hecho sería un ejercicio de cinismo por nuestra parte negar el afecto que sentimos por el quinteto radicado en Gijón. Son ya muchas las ocasiones que nuestros caminos se han cruzado y las más de las veces hemos sido testigos de shows muchas veces impepinables. Y es que, tirando una vez más de tópicos, esta es una de esas bandas que rara vez empata, pero que desde luego nunca pierde.

Y no pierde porque ese arranque con la intro “March Of Dementia” encauzando con “Sea Of Madness” pronto pone Vidiago a sus pies. Es así, máxime si logran sonar como lo hicieron en la jornada del sábado. Es cierto que, al menos desde mi posición, a veces costaba oír los solos de Diego Riesgo. Pero no es menos verdad, y perdón por la insistencia, sé que lo hemos dicho ya muchas veces, que la nueva base rítmica de la banda, Kay en baterías y Fran Fidalgo al bajo, les propulsa a otro nivel, sumando por igual precisión y clase.

“¿Empezar a charrar ya?” amenaza el frontman Michael Arthur Long. No hombre, no. Mejor el rock disfrutón de “Devil’s Breath” para dejar sin aliento a quienes todavía no tuvieran el gusto de conocerles. Finísimo como siempre Mario Herrero en teclas. Parte indisoluble de la añeja propuesta de los asturianos. “Can’t Hold Your Gaze” sería a la sazón una de mis favoritas del sábado. Por los coros de Diego y Mario primero y por la forma en que, uno a cada extremo del escenario, jugaron a encontrarse durante sus respectivos solos.

Algún tema nuevo, que integrará un tercer trabajo que nos morimos de ganas por escuchar, y la fiesta a la que ya nos tienen acostumbrados. No se le escapa a nadie que con nosotros tienen perdido ya el factor sorpresa. En cualquier caso puedo dar fe desde aquí de que la gente, conocidos y extraños, se lo estaba pasando en grande. “Concierto corto pero concentrado, como Ron Jeremy”. Me sonaba el chascarrillo, sí. Idiosincrasia Buddha, después de todo.

La frenética “Hang ‘Em High” daría con los huesos de Arthur Long en la valla, aupado por algún que otro sorprendido espectador, y sería anticipo de “un tema más stoner”, no otro que la siempre rocosa y desgarrada “Monster” de su debut de 2018. Solazo de Diego y el vocalista llevado en volandas por la audiencia. La fiesta se desataba en Vidiago. Uno de los cortes que siempre ayuda en el empeño es “Dance Of The Serpent Queen” y su pegadizo (no quisiera decir pegajoso) coro que la gente cantó de muy buena gana ante las exigencias del frontman: “pero cantad, cabrones”.

Ya descamisado, como de hecho viene siendo habitual en él, anunció tener dos noticias. La mala y la buena. Siendo la primera que el set iba tocando a su fin y la buena que tras ellos le llegaba el turno de los italianos Black Rainbows. Pero faltaba, claro, “Medicine Man”, y el despliegue físico/alcohólico que acostumbra a desatar, con el vocalista bajando al césped y bañándose una noche más en champán. “Ye de lo barato del Mercadona”, diría luego mientras se frotaba los ojos de vuelta en las tablas. Todo sea por la fiesta y el rock and roll.

Strangers & Fools” apacigua entonces los ánimos. Apenas un inciso antes de que el propio Arthur Long amenace con vestirse de traje y tornar en crooner en un futuro cercano. Mientras llega ese momento, quedarán en la retina los buenos ratos vividos en Vidiago el pasado sábado. Se despidieron, claro, revisitando una noche más “Highway Star”, con un gran Mario a las teclas y el propio Diego bajando al foso y entregando tan icónico solo al público de las primeras filas. Gran ovación para un tremendo fin de fiesta. Otra plaza conquistada, que diría aquél, por mucho que no estén las cosas ni mucho menos como para andar empleando terminología bélica. Acabaré por comerme las uñas hasta el codo como no llegue pronto ese tercer disco. Triunfales.

Lo bonito de ir a ciertos festivales a dejarte sorprender es que, en ciertas ocasiones, ocurre la magia. Porque no lo tenían nada fácil los italianos Black Rainbows tras el despliegue de los Buddha, pero fue salir con “Evil Snake”, de aquél “Stellar Prophecy” de 2016, y desatar (o continuar) con la mayor de las fiestas.

A puro stoner de riff tan grueso como pegadizo, y aún a pesar de algunos problemas de Gabriele Fiori con el ampli de su guitarra, supieron poner Vidiago a sus pies. Llevaba el italiano una camiseta con el emblema de Heavy Psych Sounds, sello de la banda y auténtica marca de referencia para todo buen fan del género más fumeta. Es cierto que muchos de sus temas pueden pecar de un abuso de la misma estructura. Pero al fin y al cabo esa cierta simpleza en las composiciones revierte en unos temas sólidos cual roca madre.

Mucho bailoteo en las primeras filas y es que su propuesta, con el impulso de esos riffs tan marcados, desde luego da pie a ello. Con la base rítmica de Filippo Ragazzoni (batería) y Edoardo “Mancio” Mancini (bajo) funcionando como un reloj de precisión, todo salía a pedir de Milhouse que decía aquél.

Entrado ya el set, y toda vez su música se inunda en mayor grado de distorsiones y efectos diversos, su propuesta alcanza tintes más espaciales, lindando sin tocar las fronteras de la psicodelia y propulsando a los romanos a cotas hasta ese momento desconocidas en su descarga. En cierto modo no quisieron ser menos que Alto Volto, aprovechando para insertar aquí su particular revisión del “Black To Comm” de los MC5.

Los disfrutamos. Después de todo por algo somos un medio con un tal Ozzy Osbourne como emblema, aunque fuera el de Monster Magnet el nombre que acudiría con más fuerza a mi subconsciente durante determinados momentos del show. “The Hunter” rubricaría un gran final y daría pie a un pequeño bis. “Universal Phase” si mis datos son correctos. Vinieron, descargaron un gran set y, así tal cual, se fueron con la satisfacción del deber cumplido. Banda a tener muy en cuenta. Eh, Factoría, yo no digo nada.

Al grito de “bona nit, Asturies” desencadenaron su descarga los catalanes Disaster Jacks, propuesta más lindante con el punk de toda la jornada del sábado. El trío que forman la guitarra y voz Angi, la batería Marle y el bajista Iggy, vendrían a darle un impulso más a una noche que encaraba ya su recta final y ponía a prueba las ganas de fiesta de los aún presentes. Porque fue sensible la desbandada tras Black Rainbows, lo que de todas formas no arredró al trío radicado en Sabadell.

Punk, claro, tan vivaracho como reivindicativo. Con Angi destapándose como una estupenda frontwoman en cortes como las iniciales “The Mirror” y “Upside Down”. “Faltan mujeres en los escenarios” y es verdad. Después de todo y como bien apuntó la catalana, tanto ella como Marle eran las únicas presencias femeninas de entre todas las bandas del sábado. Agradable la forma en que su punk muta desde entornos casi cercanos al pop a feroces andanadas que rozan el hardcore. Propuesta elástica y disfrutona, es verdad que no hacen el tipo de música que solemos tratar en este medio pero, al menos en lo que a mí respecta, puedo decir que en absoluto me desagradaron.

En “Everlast” quiso la propia Angi tener un detalle con “todas las mujeres, también las trans”, que por algo el verdadero punk será siempre vanguardia en oposición a los más reaccionarios. “¿A quien le gustan las baladas?”, claro, anticipó uno de los cortes más furibundos del set. Y al igual que hicieran antes Drunken Buddha, Angi no quiso perder su oportunidad de perderse entre la gente. Todo lo que el cable de su Les Paul dio de sí y con Macini de Black Rainbows en primera fila y sin perder ripio de sus evoluciones arriba (y abajo) del escenario.

Ya de vuelta a las tablas aún tendría tiempo de intercambiarse los instrumentos con Iggy, y este incluso de dibujar un tímido solo de guitarra. Firmaron un final juguetón y ya digo que para no ser enteramente “mi rollo”, disfruté de su particular punk rock. Fiesta y espíritu reivindicativo. Qué más queréis.

El quinteto con base en Langreo sería el encargado de cerrar esta nueva, y creemos exitosa, edición del Vidiago Rock Festival. Y lo harían con su habitual colisión de thrash y groove para alegría de los pocos supervivientes que aún quedábamos frente a las tablas. Lo cierto es que no era tan tarde. Para lo que nos tienen acostumbrado citas de este estilo, cinco minutos después de las dos es una hora todavía razonable.

En cualquier caso Ángel Cueli, impulsor del evento (y que se había encargado de presentar a todas y cada una de las bandas del cartel) no quiso perder la oportunidad de cantarle el cumpleaños feliz a Dani Larriet, vocalista de la banda, por más que dados los caprichos del reloj, el calendario hubiese corrido ya una fecha más. Sea como fuere suena el celebérrimo tema de Halloween de John Carpenter y Vidiago acoge la propuesta más extrema y bruta de la jornada.

Larriet, experto ya en estas lides, le recordamos cerrando con Unexpectance la multitudinaria vuelta del Unirock en 2022, desató sus registros más oscuros para dar con una “The Butcher” donde ya Adrián “Mostro” entregaría un estupendo solo de guitarra. Y sí. La gente estaba (estábamos) muy parada. Un poco por las horas, otro tanto porque quien más, quien menos, no conocía la agria propuesta de los astures. O no era de su gusto. Quilosá.

Poco han cambiado desde nuestro anterior y encuentro con ellos allá por febrero de este mismo año, por lo que en lo que a nosotros respecta cupieron pocas sorpresas. Pero la banda, técnicos de Casa Furia mediante, sonó todo lo gruesa que debía. Con un Mike Jiménez a los parches ya plenamente integrado en la disciplina del quinteto, alternaron temas propios (“Fariseos”, “Zombie Caníbal”) con otros ajenos como ese “Edgecrusher” de Fear Factory, donde quizá eché en falta los scratches que DJ Zodiac aportara en el original, pero ni mucho menos toda su pegada y rotundidad. Reconocería Larriet que esta era una cita especial para él, no por nada se trataba ya de su cuarta aparición por el festival. Se dice pronto.

Pero sí. La gente estaba ya algo dispersa. Tal es así que el propio Cueli quiso tener el detalle de irrumpir en escena para pedirle a los despistados que se acercaran a las primeras filas y arroparan a la banda. Y la banda respondió en sintonía. “Indomable”, “Pendejos Fronterizos” y su particular revisión del “Take My Scars” de Machine Head vinieron a dar la verdadera medida de la actual encarnación del combo. con “La Migra” de Brujeria, a buen seguro una de sus grandes referencias estilísticas, dirían adiós a su descarga y al propio festival.

Félix, claro, aprovechó para emplazar a la edición del año que viene. En la medida en que las circunstancias (agenda, salud, etcétera) nos lo permitan, desde luego que pueden contar con nosotros. Por lo mucho que disfrutamos allí pero muy especialmente por el cariño con que nos trataron. Da gusto llegar a una cita como esta y sentirse como en casa. Transmiten el amor por el rock and roll con el que la organización saca adelante el evento y la gente acude a disfrutar en total sintonía con ese ambiente casi fraternal. Un espíritu que bien se podría resumir la presencia en las primeras filas de Edoardo Mancini durante la descarga de Disaster Jacks.

Por nuestra parte nada más. Mandar un fuerte abrazo a los habituales de siempre, a la agradable compañía y mandar el deseo sincero de que esta temporada de festivales que ahora comienza se dé lo mejor posible. A nosotros seguro nos encontraréis por ahí. Larga vida al Vidiago Rock.

Texto: David Naves
Fotos: José Ángel Muñiz

Crónica: Downfall Of Gaia + Syberia (Oviedo 27/4/2024)

El metal extremo sigue gozando de buena salud en la capital del Principado. Los alemanes Downfall Of Gaia, en gira por territorio peninsular junto con los instrumentales barceloneses Syberia, congregaron a un nutrido número de fans del género extremo en su cita con el Gong Galaxy Club y desde aquí no cabe más que congratularnos por ello.

Y eso que cuando uno llega a la puerta de la sala, el panorama no puede ser más desalentador. Temprano, sí, es lo que tiene el transporte público (en el siguiente ya habría llegado tarde) pero lo cierto es que, para cuando superamos la hora marcada para la apertura de puertas, ya empezaba a ser amplio el número de personas que hacíamos cola para acceder a uno de nuestros puntos de referencia en la ciudad.

Pasan pocos minutos de las nueve cuando los chicos de Syberia toman el escenario de la Gong. Y toda vez superamos la casi obligada introducción, lo cierto es que el sonido que despliegan ya desde los primeros compases de “Stolen Childhood” no puede ser más redondo. Al menos en la parte más próxima al escenario y detrás de los diversos fotógrafos, donde me encontraba, no podría haber sido más nítido ni tener más pegada.

Y es que Syberia son una banda instrumental pero en la versión más vibrante y poderosa del género. Aquella que no ahorra en parajes preciosistas, pasionales incluso, confrontados a tenaces arreones de un metal por momentos casi incandescente. Ahí cobró vital importancia, por tópico que pueda sonar, la fuerza de Manel Woodcvtter a los parches. Tan hábil en los cambios de ritmo como firme en el uso del doble pedal, pareció no querer ser menos que la bestia parda estadounidense a la que telonea en esta turné hispano-portuguesa.

Propuesta instrumental mediante, no son una banda que comunique de viva voz con el público. Algún “gracias” sin amplificar entre temas. Pero sí quiso JordiOnly, guitarrista del cuarteto, echar mano del micro para agradecernos nuestra presencia allí. También para avisar de la que se nos venía encima con Downfall Of Gaia: “preparaos porque lo que se viene os va a destruir el cerebro”, avisó.

El propio JordiOnly juega un papel fundamental en el combo catalán. No fueron pocas las veces en que se arrodilló ante su amplísima gama de pedales en busca de los efectos y distorsiones deseadas. Realmente se vaciaron para confirmarse, una vez más, como una de las propuestas más poderosas y también atrayentes del pujante instrumental patrio.

Downfall Of Gaia, claro, son un animal muy diferente. Pero aún dentro de su black de guiños sludge y sensible poso atmosférico, hay pequeños pasajes calmos que resuenan no muy lejanos a los de sus compañeros de gira. El arranque del show, como diría un clásico, es a puro revientacalderas, con un Michael Kadnar dejándose la piel en cada golpe. Sudaría de lo lindo el americano en soporte de una de las propuestas más pasionales que hayan pisado el Gong Galaxy Club en los últimos tiempos.

… pero el sonido no alcanzó a ser del todo claro. Sí, es cierto, alimentó por ahí la faceta más sucia de su bien conocido black metal. Funcionando y de qué forma en “Existence Of Awe”. Pero a ratos costaba oír al también bajista Anton Lisovoj, por donde cabía conformarse (es un decir) con el incansable riffear de sus compañeros Dominik Goncalves y Peter Wolff.

La alternancia en voces juega un papel fundamental dentro de la banda germana. Y aunque alguna de las intros pregrabadas que disparan pueda sonar algo recargada, pienso ahora en la casi operística “Eyes To Burning Skies”, lo cierto es que la banda apenas descabalga de ese fulgor incendiario y vibrante. Ya empezaba a hacer calor dentro del Gong, con un público algo estático para con los altos ritmos que desplegaban los alemanes, pero que brindaba fuertes gritos y grandes ovaciones al cuarteto entre tema y tema.

Bodies As Driftwood” dejó un fantástico build up en beneficio de su cara más descarnada y, si bien el sonido seguía sin ser del todo nítido, lo cierto es que el agitar de cabezas era ya una constante Incluida la de servidor, que fíjate que me tengo por una persona a la que le cuesta un mundo exteriorizar el más leve movimiento. Pero Downfall Of Gaia te arrastran. Al fin y al cabo es una banda tan despiadada en los momentos más vibrantes como extremadamente meticulosa en los breves remansos de paz que dibujan a través de sus temas.

Pero poco comunicativos con la audiencia. Apenas unos tímidos agradecimientos seguidos de un “gracias”. Se fueron a eso de las 23:18, para volver pocos momentos después y cerrar con un bis de muy apropiado nombre: “Final Vows”. Abrasadores aún a pesar de que el sonido no fuera tan redondo como nos hubiera gustado. Dolía por momentos contemplar los esfuerzos de Lisovoj tras el micro para lo poco que se dejaba oír su voz frente al escenario. Lástima pero ya digo que no tanta como para llegar a deslucir del todo la furibunda descarga que llevaron a cabo. Mención merece de nuevo el bueno de Michael Kadnar, de los mejores machacaparches de metal extremo que hayan pasado por la Gong desde Sebastian Abildsten (Baest). Que continúe la racha…

… porque echando uno la vista atrás, desde los propios Baest pasando por Grima, Azaghal o incluso los locales Aneuma, el metal extremo parece gozar de buena salud en la capital asturiana. No puede uno por más que desear de todo corazón que continúe en el futuro.

Por nuestra parte nada más. Mandar un agradecimiento a la promotora del evento por todas las facilidades dispuestas de cara a la realización de esta crónica, a Jaime García por los fotones que la dan lustre y saludos a los habituales de siempre. Nos vemos en el siguiente.

Texto: David Naves
Fotos: Jaime García

Crónica: Barbarian Prophecies + In-Sanity + Brutalfly (Avilés 27/4/2024)

Primero de los eventos autogestionados que tendrán lugar en las próximas semanas en la avilesina Sala Malecón. Con el metal y la camaradería entre bandas por bandera el cartel del pasado sábado 27 de abril unía de nuevo a Barbarian Prophecies y Brutalfly tras su paso por Sarria (Lugo) allá por el mes de diciembre, más los locales In-Sanity en esta nueva andadura tras décadas en barbecho.

Con el omnipresente Txeffy al mando del sonido la sala presentaba un buen aspecto al inicio de las hostilidades. Una afluencia que sobrepasaba el medio centenar, muy por la labor de pasarlo bien, recibía a los thrashers Brutalfly. Parece mentira pero su último trabajo de estudio ya cuenta con más de 2 años en sus espaldas y hábilmente el trio ha incorporando temas nuevos al set como “Train To Hell”  para allanar el terreno a su próximo álbum de estudio. No habría que esperar mucho para la habitual colaboración de Txeffy con la banda, «Thrashtorm» es de nuevo el tema elegido, aunque esta vez sin su presencia en el escenario. Debido a la particular sonoridad de la sala la voz llegaría en vivo pero desde la mesa de sonido.

Pudimos comprobar como Alicia y Óscar Besteiro de Barbarian Prohecies se lo pasaban en grande en las primeras filas. Óscar celebraba su cumpleaños y tenía el gran detalle de invitar a la audiencia con 2 botellas de licor de café llegadas directamente desde Galicia, curiosamente habría que insistir varias veces para darlas un merecido final. Ver para creer jajaja. El show continuaba por los derroteros habituales de las «moscas brutales», intensidad, contundencia y apenas pausas salvo para arengar a la parroquia a aproximarse más al escenario. La traca final conformada por “What Time Is It? It’s Time To Die” y “Zerdatillium” deja patente que la actual formación de la banda es la más sólida, activa y como sus gestos y sonrisas demuestran bolo tras bolo, la más «familiar» de su trayectoria.

Inevitable cambio de enseres en el escenario para recoger el testigo, los locales In-Sanity. La veterana formación cuenta con rostros muy reconocibles de la escena asturiana con miembros que en su trayectoria han formado parte de bandas como Lycosa Tarántula, Westhia o Beast Inside, lo que habla y muy bien de su desempeño sobre las tablas. Lograron dar un punto más de intensidad al ambiente arrancando los primeros «circle pit» de la velada. Atmósfera que tuvo su respuesta sobre el escenario, ya que posiblemente haya sido el show en que hemos visto a la banda interactuar más con el público.

A la espera de la publicación de un trabajo de estudio que retrate todo lo bueno que ofrece su habitual repertorio, dieron inicio a su tiempo con la dupla «Icaros’s New Flight» y «Suffocation» para dar las primeras muestras de la calidad que atesora la formación. Muy bien recibida la versión de todo un clásico como es el «Killers» de Iron Maiden cerraron su tiempo con «Searching And Victimized» para dejar manifiesto que están de vuelta y tras lo visto el sábado, hacernos dudar que han pasado veinte años en la sombra. Minutos de mucha clase y contentos de tenerlos de nuevo entre nosotros.

Unos agradecidos Barbarian Prophecies serían los encargados de poner el colofón a la velada en la Malecón. Una autentica apisonadora sónica que devoró los apenas 45 minutos que estuvo sobre el escenario. Siguen inmersos en la presentación en vivo de su último trabajo discográfico «Horizon«, del que dimos puntual cuenta en su momento por estos lares (reseña), con unas ganas y empuje dignas de mentar. Para los despistados, regresarán a los escenarios asturianos en septiembre como parte del festival lavianés Karma Fest y no deberían dejarlos escapar.

Punto focal del combo lucense es sin duda la menuda figura de su vocalista y bajo Alicia, contraposición a su fuerza y agresividad en las tablas, navegando como pez en el agua cuando la banda recorre en su set efluvios del black melódico sueco y pasajes potentes y agresivos rozando el death metal más extremo. Perfectamente respaldada por el trabajo a las guitarras del mentado anteriormente Óscar Besteiro y Arnt Bünz, al igual que Brutalfly contaron con la colaboración en un tema de Txeffy, aportando su garganta de nuevo desde la mesa de sonido.

Todo es mejorable que duda cabe pero el primero de la serie de conciertos en la Malecón bajo el paraguas de la autogestión dejó sin duda más luces que sombras. Próxima parada el sábado 15 de mayo con Grave Noise, Soundcrush, Bestia Negra y Sküld como protagonistas y el firme deseo de ver crecer la propuesta. Mimbres y ganas no faltan.

Texto y fotos: José Ángel Muñiz

Crónica: Cobra Spell + Rabia Perez (Oviedo 28/4/2024)

Parada dominical del tour conjunto entre Cobra Spell y Rabia Perez para una cita en la que, quien más quien menos, tuvo sus dudas con respecto a la venta de tickets. Y es que ha sido uno de los tropos más comentados este fin de semana: la cada vez más exigua venta anticipada y cómo coloca a los promotores a los pies de los caballos. Al final no hubo que colgar el cartel de no hay billetes, como sí hicieran en Zaragoza, pero nuestra querido Gong Galaxy Club vino a a congregar a un nutrido número de metalheads en el que no deja de ser el día menos indicado de la semana para montar cualquier cosa.

Al menos en lo que a servidor respecta, iba totalmente en blanco con la banda telonera Rabia Perez, así sin tilde, se refiere. El combo madrileño, que de hecho ha pasado ya varias veces por la región, se nos había escapado en anteriores citas, por lo que esta vez era ya casi que obligada nuestra presencia allí. Son una banda de metal alternativo en formación de quinteto liderado en voces por Fátima Pérez.

Y puede que el arco de influencias que manejan no case del todo con una banda de raigambre tan clásica como Cobra Spell. Pero le echaron ganas. Armados con un gran telón de fondo como mayor reclamo en lo que a puesta en escena refiere, gozaron en líneas generales de buen sonido a excepción hecha del micro de la propia Fátima. Y es que, por momentos, costaba escuchar a la frontwoman de los madrileños. Algo que vino a dejar un cierto poso de frialdad en sus evoluciones sobre el escenario.

Sea como fuere, su juego entre registros resulta hábil y la banda parece centrada y en forma a través de cortes como la propia “Rabia” o esa “Venganza” y su tranquilo prólogo rompiendo la tónica de su habitual groove metal. En “Otelo” la propia Fátima quiso dar las gracias a sus compañeras de gira. Lo cierto es que la acompañan una pareja de guitarras hábiles y con clase, que aquí y allá dibujan buenos riffs y mejores solos para beneficio de unas canciones directas y sin muchos miramientos.

No quisiera olvidarme de Paris Lakryma a los parches y la forma en que manejó los muy distintos tempos de la banda al tiempo que se adornaba con un constante y llamativo juego con los platos, atreviéndose incluso con algún blast beat en la parte final del show. “Premonición”, tema título de su Ep del pasado año, finiquitó un set agradable y disfrutón, deslucido en parte por una mezcla algo descompensada.

Llegó el turno de Cobra Spell y reconozco que no las tenía todas conmigo. Un poco por los cambios de formación que ha sufrido la banda y otro tanto por un “666” que en ningún modo me desagrada pero al que a ratos noto algo falto de alma. Pero todo fue superar la intro y la banda pronto destierra toda duda. Sonaron como tiene que sonar una banda de estas características. Clásicas sin perder un toque de suciedad y mala leche. Hard / heavy del de toda la vida, vaya.

Comenté en la crónica de su anterior paso por la capital que ojalá disfrutar pronto de un show completo de la banda y aquí estábamos en la Gong contemplando sus evoluciones. Vimos a una banda risueña y muy por la labor. La nueva formación del quinteto parece haber empastado a las mil maravillas y la gente se lo pasó en grande ya desde las iniciales “The Devil Inside Me” o la muy vacilona “Satan Is A Woman”. Kris Vega, que mostró un gran estado de forma al micro, no quiso olvidarse de Rabia Perez en uno de esos buenos detalles de compañerismo entre bandas que siempre suman.

Bad Girl Crew” fue recibida de muy buena gana por la audiencia, a pesar de que marcaría el comienzo de pequeños acoples que en la mezcla que serían una constante ya casi hasta el final. No al punto de empañar las evoluciones de la banda sobre el escenario pero sensibles en cualquier caso. Ahí irrumpió Kris Vega con uno de los gritos más poderosos de la noche para dar inicio a “S.E.X.”, que vino a destapar a las Cobra Spell más heavies de la velada.

Destacar el buen nivel de la dupla guitarrera de Noelle Dos Anjos y Sonia Anubis. Alternando solos primero, doblándose después pero, sobre todo, dejando la sensación de que realmente estaban disfrutando sobre las tablas. No era para menos con la sala registrando tan buena entrada en una fecha tan poco indicada como esta. Preguntó la neerlandesa si el de Oviedo era el público más ruidoso del mundo, a lo que la audiencia, en un arranque de pura sinceridad, contestó que no, desatando la hilaridad general. Y es que pareció que éramos pocos los ovetenses pura cepa que nos encontrábamos el domingo allí.

Anécdotas al margen, ya digo que la banda funcionó como se le reclamaba. Mención merece también la melillense Hale Naphtha tras los parches. Por la pasión con la que atacó su kit de batería pero también por la forma en que, micrófono diadema mediante, ayudó en coros durante todo el show. Tocando de pie en determinados momentos incluso y animando siempre que podía. Anubis por su parte e inalámbrico mediante, correteó de un lado al otro del escenario. Ya digo que las chicas parecían estar pasándoselo en grande y su energía contagió y de qué forma al público astur.

Un público que dio con las rodillas en el suelo para “Warrior From Hell”, dando otra perspectiva del habitual hard heavy de la banda de origen neerlandés. “Oviedo, esto se acaba, ¿os queda energía?” pregunta Kris Vega, y pareció que sí. Mucho era el calor ya en esta parte final del show pero más las ganas de seguir disfrutando del quinteto. “Addicted To The Night” cerró así un set en el que quedó la sensación de que, pequeños problemas de sonido al margen, Cobra Spell han dado un par de pasos adelante desde su anterior paso por la región. Es la línea a seguir y nos alegrará todo lo que consigan en el futuro.

No me quiero cebar pero tampoco puedo olvidar. Hay actitudes por parte del público que me desagradan por cuanto jamás se producirían en shows con hombres sobre el escenario. Son los menos, sí, pero no por ello dejan de resultar desagradables y molestos. Si se comportan así en público, qué no harán en privado. Se estremece uno solo de pensarlo.

Pero otro buen domingo de rock and roll en definitiva. Para no haber alcanzado aún la temporada de festivales fue un fin de semana de lo más cargado en Heavy Metal Brigade, con nada menos que cuatro bolos cubiertos en cuestión de tres días. Al límite de nuestras fuerzas ya pero sarna con gusto, ya saben. Agradecer a la promotora del evento todas las facilidades y mandar un saludo a los habituales de siempre. Nos vemos en el siguiente.

Texto: David Naves
Fotos: José Ángel Muñiz

Crónica: Malverde + Caballo Moldavo (Oviedo 26/4/2024)

La Salvaje y sus mejores galas se prepararon para recibir la presentación de “II”, flamante nuevo Ep de los chicos de Malverde, acompañados esta vez de los ínclitos Caballo Moldavo para una noche que prometía riffs gruesos y mucho voltaje. En un ecosistema donde la venta anticipada adquiere tintes casi mitológicos y lo muy desapacible de la jornada, quien más quien menos se esperaba una venta de tickets tirando a raquítica. No fue el caso. El público ovetense demostró tener ganas de rock and roll. Si algunos sacan pecho de cada fracaso, por qué no hacer lo propio de cada suceso.

Faltan veinte para las diez cuando toca reencontrarse con el establo. Caballo Moldavo, enfrascados en la grabación de su nuevo álbum, Breakdown Studios mediante, decidieron hacer un alto en sus obligaciones y dejarse caer por una Salvaje que, ya decimos, presentaba una gran aspecto para cuando deslizaron la inicial “El Cadáver”.

Y lo hicieron con uno de los mejores sonidos que les hemos disfrutado, y fíjate que, a día de hoy, no son precisamente pocas las veces que nos los hemos cruzado. El coqueto escenario de la sala, por tamaño, no ha lugar a muchos aspavientos. Pero la banda, pese a hallarse como digo en mitad de la grabación de nuevo material, hizo disfrutar de lo lindo en la fría noche ovetense.

Lionel Hooves dejó un gran solo en “El Demente” y la certeza de lo mucho que ha crecido como músico desde nuestro primer encuentro con ellos. Disfruté en buena medida de “El Cuervo”, con la frondosa base rítmica de Héctor Lynott y Jhonny Liver marcando el paso a uno de los temas más rotundos del cuarteto. También de “Réprobos”, que ha terminado por convertirse en una de mis favoritas del Ep al que daba nombre. Y mientras que “El Blues del Innombrable” descubre al mejor Reverendo G. Throat al micro, todo casa para que Caballo Moldavo nos aleje de cualquier estado cercano al letargo.

Ayudó en ello, siempre lo hace, “El Pantano”. También su habitual revisión del “Dirty Black Summer” de Danzig. Un tema “para arrimar cebolleta” que diría la voz moldava. De esas sesiones de grabación a las que aludía antes emergió “El Sueño”, corte de nueva confección y que apunta a fijo en futuros setlits, dueño como es de muchos de los tics que han ido configurando a la peculiar banda asturiana. Tanto o más se podría decir de “El Valle”. Desde luego que si pretendían meternos el gusanillo por su nuevo trabajo, cumplieron con creces.

No faltó a la cita su habitual “Misa Negra”, acompañada de un final “a serruchar”, que vuelve a corresponder al “Green Machine” de los estadounidenses Kyuss. El establo se escapaba por una noche de sus obligaciones y se presentaba en gran forma…

… pero esta era la fiesta de Malverde. O lo que es lo mismo: los The Magus Bronco en baterías y Tamo en guitarra solista, el ex The Punishers Hermes al bajo y Laria en voz y segunda guitarra. Presentaban su reciente Ep “II”, que se vino ayer para casa y del que pronto tendréis cumplida reseña por aquí.

Mientras llega ese momento, toca hablar del show del pasado sábado. Un set que arranca “Find My Way”. Porque qué mejor forma de presentar “II” que con el segundo tema de dicho trabajo. Al menos en la parte más cercana al escenario donde nos encontrábamos, el sonido no habría podido ser mejor. Parece mentira lo mucho que han crecido según qué salas de la región en un aspecto este tan fundamental como tantas veces ignorado.

La banda enlaza con “13” y es que, como dijo el propio Laria, “qué mejor forma de presentar el nuevo Ep que con temas viejos”. Se mueven entre el hard rock y el stoner y, por ahí, la rima con sus compañeros de cartel no va del todo mal tirada. En especial cuando “Pigs” deja uno de los mejores solos de la noche, a la par que extrae la versión más nervuda del cuarteto.

Lo decía antes, el escenario de La Salvaje puede no dar pie a mucho movimiento, pero realmente la banda sonó tan intensa y potente como esperábamos. Y el público lo pasó de lo lindo. Inclusive David Fernández e Godless Design, encargado del artwork del Ep y que, aun a pesar de las muletas, no quiso faltar a la cita. Las bromas entre banda y público fueron una constante, que es lo bonito de tocar para buenos amigos, pero nunca al punto de desvirtuar lo que no dejaba de ser un concierto de rock and roll con todas las letras.

Así las cosas, mientras “Santa Muerte” extrae de hecho la cara más intensa y ágil de los asturianos, “Mexica” hace lo propio con la más alucinada. No quisiera decir psicodélica, pero ciertamente uno de los cortes más exógenos del setlist. “The End Is Nigh”, con Laria reconociendo que es uno de los temas que más disfrutan tocando, nos encaramó en la parte final del set. La banda apenas dio descanso más allá de las habituales pausas para afinar entre tema y tema. Sonando tan sólidos como lo estaban haciendo, no había tiempo que perder.

Llegó el turno entonces de “Golem”, con Laria dando gracias por venir, comentando la grabación en OVNI Estudio con Dani Sevillano y saludando a David de Godless Design. Todo para confluir en una “Now I Know” que extrajo a los Malverde más veloces. Hechas las debidas presentaciones, también los agradecimientos a Caballo Moldavo, llegó el turno de encarar la dupla final: nada menos que una revisión malverdiana del “21st Century Schizoid Man” de los seminales King Crimson y una “Sisyphus” que viene a concentrar muchos de los vértices sobre los que pivota la propuesta de los asturianos. Estupendas guitarras dobladas en el solo para un gran final.

Y es que la oferta de grupos asturianos en las amplias lindes del hard rock no deja de crecer. Talento, buenas bandas y mejores conciertos. El del viernes lo fue y nos alegra que la gente respondiera en consecuencia, aún cuando las circunstancias no eran para nada propicias. Desde aquí nada más que mandar un gran abrazo a las buenas gentes de Caballo Moldavo y Malverde, también a los habituales que no fallan nunca y ya sabéis: nos vemos en el siguiente.

Texto: David Naves
Fotos: José Ángel Muñiz

Crónica: Nuevecondiez + Deklibe (Langreo 20/4/2024)

La Sala Telva de La Felguera (Langreo) fue el lugar elegido por los gijoneses NueveConDiez para iniciar la gira de presentación de su último single “El Futuro Era Un Disparo” y no pudieron escoger mejores compañeros de viaje para el evento que los donostiarras Deklibe.

A las 20:30, hora prevista para la apertura de puertas, en el entorno de la sala ya se vivía el ambiente de la fiesta que estaba por llegar. Pasaban unos minutos de las 21 horas cuando salen a escena los de gipuzkoa con su punk rock combativo y unas ganas enormes de hacérnoslo pasar en grande… y vaya si lo consiguieron. Si bien con los primeros acordes de “¿A Donde Ir?”, que previsiblemente será uno de los cortes de su segundo álbum, el publico estaba un tanto expectante, el buen hacer de David a las voces y Mikel a la guitarra, enseguida consiguieron hacer vibrar a la sala.

Con el segundo tema, “La Democracia Ha Muerto”, que da titulo a su primer disco, ya estábamos en sus manos. Jorge a la otra guitarra, Charly a los parches y Xavi al bajo, descamisado ya desde la primera canción y cerveza en mano, contribuyeron en buena medida a ello. Con “Triste CiudadDavid pidió colaboración de los presentes para acompañarle en el pegadizo estribillo que no dudamos en corear a todo pulmón. Siguieron con “Deklibe” y “Solo Te Queda Luchar”, una de mis favoritas, para dar paso a otra de sus nuevas composiciones “Madres” que dedicaron a todas las madres allí presentes. Con “Autodestrucción”, otro de los temas que mas calaron en la audiencia, volverían a poner la sala patas arriba.

Llego a continuación el momento más emotivo del concierto, al presentar el tema “Ultima Noche” que dedicaron a su amigo fallecido Sergio, quien con parálisis cerebral y, pese a sus limitaciones físicas, por usar silla de ruedas, siempre luchó contra todas las adversidades para tener su espacio, dedicatoria que hicieron extensible a todas las personas con discapacidad. La recta final del concierto comenzó con “Paniko” para seguir con “Rock & Roll” e “Hijos De La Calle” en la que se enorgullecen de sus orígenes en Trintxerpe, barrio obrero de Pasaia.

Tras un breve parón y con el publico volcado que siguiera la fiesta, continuaron con otros dos temas nuevos “Síndrome De Abstinencia” y “A sangre Y Fuego”. Terminarían con “Sal A La Calle” dejando al respetable con ganas de más. Una buena presentación la que hicieron los Deklibe por tierras asturianas que sin duda, repetirán más pronto que tarde. Así lo espero.

Tras unos pocos minutos para el cambio de escenario empezaría a sonar la “intro” con la que NueveConDiez darían comienzo a su actuación. Con los músicos de espaldas y el publico expectante arrancarían con la rockera “Morir En Una Canción” de su último disco “Tu, Yo y El Fin Del Mundo” nominado en los Premios AMAS a mejor disco de rock en 2022. Continuaron con la reivindicativa “Todo Se Pudre Bajo El Mismo Sol” y “00:00 y Piko”, en estos primeros compases ver a Fran Rubio liberado de las labores de guitarra aportó una mayor interacción con el publico a la par que una interpretación aún más sentida de los temas.

La guitarra rítmica queda delegada en la última incorporación al combo gijonés, un magnifico Eneko Ramos que cumple a la perfección con el cometido. Remontamos, a continuación, a uno de sus primeros y más celebrados temas con “Lo Sabes Bien” con ese inicial riff de bajo a cargo de Isma Dominguez que pone los pelos de punta. La labor rítmica la completa Marco Álvarez a la batería con una pegada que hizo temblar la sala durante toda su actuación.

Siguen de remember con “El Pernicioso Vicio De Pensar” para dar paso a “Tu, Yo y El Fin Del Mundo” donde la guitarra de Fran Jiménez luce de forma especial. Una labor la suya, que si bien se le apreciaron unos ligeros problemas con lo que escuchaba por sus in-air, no se vio en absoluto empañada en toda la actuación, realizando un show que a los ojos y oídos del que escribe resultó impresionante.

El siguiente tema era el que más ganas tenia de oír, su último single, pues tras las buenas impresiones que me había dejado la versión de estudio quería ser testigo de como se trasladaba al directo, el resultado no pudo ser mejor. Aquí Fran Rubio recoge su guitarra aportando un sonido aún más contundente con tres guitarras sobre el escenario. Presentaron otro tema nuevo, al menos para mí, “Generación Hastío” que dio un poco de respiro al publico que hasta ese momento no había dejado de corear los temas interpretados.

A continuación dieron paso a la estupenda “Insignificante” que volvió a desatar la locura para seguir, tras una breve introducción con “Mayo” y “No Hablaron” temas que a un servidor le remueven por dentro. La recta final del concierto la encararon con “Tarde”, el nuevo tema “Ciudadano” y la estupenda “Bala Perdida”. Pero el público quería más y, pese a que la hora mandaba y tenían que finalizar, aún nos regalaron, no sin antes unos cuantos gritos por parte del respetable, los temas “Todo Lo contrario” y “Mi Soledad” poniendo fin a un concierto memorable.

Dejan patente, aunque nada tienen que demostrar ya a estas alturas, que tras varios cambios en la formación original, la banda ha evolucionado y destaca por un poderoso directo con una actitud arrolladora y reivindicativa. Gracias por una gran velada de rock and roll combativo, el futuro era…un bolazo.

Texto y fotos: Miguel Rubio

Crónica: State Of Crime & Science + Automatic Kafka (Gijón 20/4/2024)

Nueva cita con el underground en Heavy Metal Brigade, esta vez además de forma literal, dada la propia fisionomía del Tizón gijonés. Los responsables de curar con música los disgustos del fútbol local fueron en esta ocasión State Of Crime & Science y Automatic Kafka. Dos formaciones menos antagónicas de lo que uno pudiera suponer a priori, dignos representantes del nuevo rock alternativo de origen asturiano…

… pero intenciones bien distintas. State Of Crime & Science, o S.O.C.S., perpetúan una noche más la llama más alternativa de su música. El quinteto se ajusta como mejor puede al coqueto escenario del Tizón y Osana K. al frente, nos lleva por su habitual compendio de buenas melodías y contornos poco obvios. Y el público, numeroso aunque algo frío, recibe de buena gana tanto temas nuevos como otros tales que “Under The Rain” con mayor aroma a clásico cada noche.

Es verdad que a las guitarras de Víctor y Marc les faltó algo de presencia durante los primeros cortes. Toda vez la mezcla se fue ajustando y mostró a una Osana K. en tan buena forma como en ella es habitual, pudimos contemplar la mejor cara del quinteto. Esa en la que nacen temas donde la banda al completo tiene su cuota de protagonismo. “Lost”, que con el correr del tiempo se va convirtiendo en otra favorita ineludible, condujo a un tema nuevo, “Down To Paranoia”, para dejar claro que la agrupación asturiana no anda dormida en sus laureles.

Through The Mirror” nos recordó al Ep homónimo y a una base rítmica, la que siguen formando Iván Fernández en baterías y José R. Ibañez al bajo, mejor conjuntada que nunca. Apenas podíamos ver a Fernández dada la estrechez del escenario pero desde luego que su pegada se dejó sentir en los cimientos del Tizón. En especial a lo largo de “The Hole” y de manera más liviana, claro, con la más tranquila “Tanto Por Hacer”.

Presenciamos una “primicia” llamada “Vortex”, que extrajo a los S.O.C.S. más nervudos y sacó del letargo a más de uno. “Está sonando todo muy bien” comentaba alguien a mí lado y no seré yo quien le lleve la contraria. “Should I?” ya apunta a que se va a quedar en sus setlists durante años por venir y casi que lo mismo se podría decir del cierre con su particular revisión del “Seven Nation Army” de White Stripes. El himno intergeneracional por antonomasia del rock moderno. Estuvo bien como toma de contacto con la banda y, como digo, nos alegró que anden mirando ya de cara al futuro. Somos todo oídos, ya lo sabéis.

Cosa que también podríamos decir de los renovados Automatic Kafka, que cuentan ahora con Leo Duarte en baterías y Jota en guitarras. Todo dispuesto pues para que pasadas las diez y media edificaran de nuevo su particular fusión de grunge, rock alternativo y hard rock. Donde es precisamente “Streets Of Universe”, con el paso del tiempo una de nuestras favoritas del debut, la encargada de romper el hielo. Si llevaban dos ensayos, como aseguró Broonko Lee, lo cierto es que no se notó en exceso ni observamos mayores errores dignos de mención. Algo que viene a hablar y no precisamente mal de cómo ha engrasado ya el remozado line up…

… y que promete buenas vibraciones de cara al futuro. Porque los Kafka no quisieron ser menos que sus compañeros de cartel y aprovecharon para deslizar varios temas nuevos. Sucede que las canciones del nuevo álbum irán dedicadas a una serie de personajes, tanto ficticios como reales, siendo “Doc”, de la saga de películas “Regreso Al Futuro”, el protagonista de la primera novedad que presentaron. Fab, pandereta en mano, evidenció de nuevo su tan particular como poderoso registro y, con un buen sonido en el Tizón, el quinteto ofreció una buena versión a pesar de las circunstancias.

Muy bien recibida “Alien”, otro de los grandes hallazgos de aquél “Metamorphosis” de 2020 (¡cómo pasa el tiempo!) tras la que llegarían los obligados agradecimientos. También “Kiddo”, por Beatrix Kiddo, el personaje de Uma Thurman en Kill Bill, el filme más oriental del inclasificable Quentin Tarantino. Que Broonko, inalámbrico mediante, aprovechó para perderse entre el animado público del Tizón.

Qué duda cabe que calzarse los zapatos de todo un Layne Staley, la atormentada voz de Alice In Chains, no es empresa fácil. Fab carga aquí con la responsabilidad de sacar adelante un “Man In The Box” que nos supo a gloria a más de uno. Qué dos grandes voces pudimos degustar el sábado. Habría tiempo para sendos aplausos para Jota y Leo. También para Dann Margo, bajista, “escayolado hasta hace unos días” pero que no quiso dejar a los Kafka en la estacada. Con compañeros así da gusto.

Y se arman buenos temas. Porque creemos que “Wanted Fame” lo es. Y “Crazy Horse”, por Tasunka Witko, jefe de los siux oglala, se intuye que también. Desde luego que si la idea era meternos el gusanillo por su nuevo álbum, cumplieron de sobra con su cometido. Será single del nuevo trabajo y, a falta de escuchar su encarnación de estudio, descubre a unos Automatic Kafka de pegada amplificada y nervio en ascenso.

Para el cierre quedaron la propia “Metamorphosis” y la última de las primicias: “The Taster” donde la banda rinde tributo a la figura del legendario Bon Scott pero que, sin embargo y al menos en lo que su encarnación en directo refiere, no pierde el habitual acento Kafka. Sí, nos supo a poco el show de los asturianos. Eran las circunstancias que eran y ya habrá tiempo de asentarse y ofrecer sets más enteros y redondos. Por lo pronto y tal y como hicieran antes State Of Crime & Science antes que ellos, nos pusieron los dientes largos de cara a futuras entregas, divirtiéndonos en el proceso. Ni tan mal.

Como siempre agradecer a las bandas por eso tan bonito que es la reciprocidad y también las facilidades dispuestas de cara a la realización de esta crónica. Mandar saludos a Javier De Coupaud (Mad Rovers) y Jorge López Novales y, como siempre, nos vemos en el siguiente.

Texto: David Naves
Fotos: José Ángel Muñiz

Crónica: Saratoga + Endernity (Langreo 13/4/2023)

Tener todo un festival internacional de la cerveza artesana a escasos diez minutos de tren ya sería sobrado aliciente para poner rumbo a La Felguera. Si además la jornada cuenta con la participación de gente como The Black Panthys Party, Endernity o Saratoga y además el clima primaveral acompaña, qué menos que dejarse caer por allí.

Mucha, mucha, mucha gente en el FICAL cuando son alrededor de las ocho de la tarde. Una vez hecha la inspección de rigor, la obligada composición de lugar, al evento parece no faltarle de nada. Numerosos bancos y mesas, food trucks, dos escenarios y, claro, multitud de puestos donde degustar cañas, pintas y lo que se terciara.

Centrándonos en lo musical, puede que The Black Panthys Party no entren del todo en el tipo de música que acostumbramos a tratar de este medio. ¿Nos aburrimos con ellos? Desde luego que no. Su forma de entender el punk no podría ser más clásica, pero obedecen a una raíz crítica que rezuma sarcasmo, ironía y finos juegos de palabras. El “buenas noches, Fitur” con que nos recibieron, pienso, les define y les resume.

Había gente de casi todas las edades frente a ellos. Y mientras mantenían a la familia real en el centro de la diana, sin cuidado alguno por lo que puedan pensar fiscalía y demás instituciones del estado y mientras la cerveza seguía abriéndose camino por cientos de gaznates, nos divirtieron con su peculiar modo de interpretar el tiempo que nos ha tocado vivir.

Los madrileños Endernity no lo iban a tener tan fácil. Y fíjate que son una banda que teníamos ganas de ver. Sus dos álbumes de estudio, el debut “Disrupted Innocence” y su continuación del año pasado “Flesh And Bone Of Humanity” pasaron con buena nota por esta web, revelando a una banda con una personalidad muy marcada y las ideas bien claras.

Pero nada más bajar del tren y llegar al recinto, pude ver en la prueba de sonido que acudían a la cita langreana sin Juan Carlos Fernández “Litos”, bajista del cuarteto, por lo que nos las tendríamos que ver con una banda en formato trío y líneas de bajo disparadas.

Como disparada era la intro “Handful Of Dust” a eso de las diez y media, para inmediatamente dar paso a “Goddess Ishtar” y enfrascarse en una auténtica batalla contra los elementos. Primero, un público ajeno que en gran medida no te conoce. Segundo la comentada falta de “Litos”. Y tercero, una infección de garganta que afectó a su guitarra y vocalista Manu. Pero a pesar de todo ello no percibí que el sonido fuera malo del todo. Sin solución de continuidad enlazan con “The Dream Is Over” del debut y, a fin de cuentas, uno vislumbra una versión cuanto menos notable del ocasional trío.

No quiso el propio Manu, claro, olvidarse de la ausencia de su cuatro cuerdas y de hecho comentó que la falta se debía a un hecho luctuoso ocurrido en su entorno más cercano, por lo que no queríamos dejar pasar la oportunidad de mandarle desde aquí todo nuestro afecto acompañado del mayor de los abrazos.

Pero la vida sigue y el metal con ella. Manu aseguró que se dejarían la piel por su compañero y a buen seguro y dentro de lo difícil que a buen seguro era para ellos, supieron sacar adelante buenos temas como ese “Revenge” con un tremendo GoG a los parches. También una “Ignorance Celebration” que, aseguraron, centra sus miras en todos esos charlatanes que surgieron a rebufo de la terrible pandemia del COVID. Malditos sean todos y cada uno de ellos.

Insistió varias veces el frontman con aquello de seguir a la banda en redes. Es el signo de los tiempos, con el formato físico claudicando ante el streaming, nuestro nuevo dios. Rodri cambia su Strato por una Telecaster y el trío se mete de lleno en un repaso por su notable debut. Ahí destacó “Infinite Hell”, con Manu peleando como un titán contra su infección de garganta, y una “You Wont Bring Me Down” que, dadas las circunstancias, sonó a pura reivindicación por su parte.

Apuntada inicialmente en el setlist la balada “I Dream That I Can Fly” terminaría cayéndose del mismo. Los problemas de voz de Manu. Endernity nos dejaron en cambio la más vacilona “Bite Me” primero, un pequeño solo de batería después y finalmente las debidas y obligadas presentaciones. El mayor nervio de “In The Name Of God” despidió una cita llena de contratiempos. Endernity pelearon contra viento y marea, sabiendo hacerse grandes frente a la adversidad. Queda por tanto el deseo de verles al completo y en plenas facultades en el futuro. Que no duden les recibiremos con los brazos abiertos.

Mucha expectación para la enésima venida de los también madrileños Saratoga a tierras asturianas, que pese a lo reciente de su última visita, aquella en el Teatro El Llar de Corvera allá por octubre del pasado año, concitó a un gran número de seguidores frente al escenario grande del FICAL.

Pero lo cierto es que irrumpen con “A Morir”, no sin antes un pequeño paso en falso, y la banda no parece estar del todo cómoda. De hecho el sonido, en líneas generales, fue peor que en anteriores citas. Desde abajo dio la impresión de que el problema estaba en los monitores pero no son más que cábalas. De ello tal vez el que viéramos a Tete en una versión algo más diésel, reservándose en el tramo inicial del set para ya bien entrada la noche ser el frontman de siempre.

En honor a la verdad y aunque ya digo que el sonido era mejorable, la gente se lo pasó en grande. De clásico en clásico y tiro porque me toca. “Mi Ciudad” pero muy especialmente “Maldito Corazón”, con un poderoso Arnau a los parches, fueron encauzando para bien la más reciente (seguro que no última) venida de Saratoga a Asturias. Mención igualmente a Jero. Su último paso por la región había levantado ciertas dudas pero el sábado y aún a pesar de los inconvenientes, pareció volver a su mejor versión.

Preguntó Tete cómo teníamos nuestras gargantas. Si dispuestas para gritar o prestas únicamente para ingerir cerveza. Lo cierto es que enfrascados como están en esa gira treinta aniversario con un set que repasa lo mejor de su discografía, pocos fueron los temas de la época del pinteño que nos dejaron. Precisamente por ahí “No Sufriré Jamás por Ti” parece haber caído de pie entre los suyos.

Del mismo modo muy bien recibida “Ángel De Barro” y sorprendente “Las Puertas Del Cielo” por cómo entregó los coros más rotos y oscuros que le hemos escuchado a Niko Del Hierro en mucho tiempo. Tete, por su parte, no se olvidó de sus habituales juegos con la audiencia. Tampoco de su ya clásica bajada al foso durante “Resurrección”. Y, cosas de haberles visto tres veces en menos de un año, el cambio de pie de micro revela que está por venir la calma de “Si Amaneciera”, con un mar de móviles iluminando FICAL.

Como El Viento” puso una vez más la nota más power del veterano y curtido cuarteto para finalizar un set donde Saratoga se las vieron y desearon contra no pocas circunstancias adversas. Fue, claro, apenas un pequeño parón antes de los acostumbrados bises. Que sorprenden con la inclusión de “Mi Venganza” del “Morir En El Bien, Vivir En El Mal”, que anticiparía a las más predecibles “Vientos De Guerra” y “Perro Traidor”.

Desde luego no fue una mala versión de la banda pero sí es cierto que les hemos visto con mejor sonido en citas recientes. ¿Nos gustaron? Sí. No deja de ser un set construido a base de canciones que son auténticos himnos para una nutrida base de fans del heavy metal en la lengua de Cervantes. Pero regrabaciones al margen, son seis años ya sin nuevo material de estudio y al set no le faltan himnos pero quizá si algo de frescura.

Así las cosas, cansados pero contentos, aún nos quedó algo de gasolina en el tanque para disfrutar un rato de Me Fritos And The Gimme Cheetos y su punk de versiones improbables, que convertirían FICAL en una auténtica fiesta. Divertidos. Es cierto que toda vez se apaga el efecto sorpresa, el oyente más casual (es mi caso) echa en falta algo más. Aunque no termino muy bien de saber el qué. En cualquier caso ya digo que quienes se quedaron tras el bolo de Saratoga disfrutaron de lo lindo con los asturianos.

Pero a nosotros nos llegó la hora de recoger. Como calentamiento a los festivales que están por venir disfrutamos enormemente de la última edición del FICAL. En buena compañía, como siempre, con una organización que puso de su parte de cara a la redacción de esta crónica y en un marco que, por cercanía, nos trae tantísimos recuerdos del añorado Derrame Rock. Por muchos años.

Texto: David Naves
Fotos: José Ángel Muñiz

Crónica: Secta (Avilés 5/4/2024)

Año y medio después tocaba regresar al avilesino Palacio de Santa Santa Cecilia y catar por primera vez en vivo los temas que forman «Panzer«, el segundo trabajo de estudio de los hard rockeros Secta.

Con los deberes al día, el disco estaba disponible en Spotify desde la medianoche y había sido mi banda sonora del día, pude comprobar que tras los 2 adelantos «Dulce Dinamita» y «Panzer» el disco continúa prácticamente la senda marcada por su predecesor, es decir, buscarle las cosquillas al hard rock de acento Young, con pequeños guiños al blues rock y la escuela nórdica. No tardando, la labor de desglosarlo en condiciones llegará del puño del compañero David Naves, mientras tanto vamos a meternos de lleno en lo acontecido en el Santa Cecilia. Muy buen ambiente, prácticamente llena la sala y mucha cara conocida entre el público, con saludos a Fer Espina, Luismi Rose, Fon Fernández, Txenry y Fernando Casas a bote pronto. Al igual que en la presentación de «Nada Nos Va A Parar» a los mandos de la nave se encontraba Miguel Herrero, dando así por asegurado el buen sonido que disfrutaría la velada.

Puede sorprender que para arrancar el concierto la formación se decida por «C’Mon» y «Todo o Nada» incluidas en la nueva obra y no por la propia «Panzer» como en anteriores conciertos. No pareció importar en absoluto a un público muy dispuesto desde los primeros compases del show. Secta sabe como conectar con los suyos, dosificando inteligentemente la presentación completa del nuevo álbum con temas de su ópera prima. Así dejaban caer «Dame Tu Miel» o «Plan B» para subir la temperatura de la coqueta sala y dejar patente que el quinteto se encuentra en perfecto estado de revista para encarar su próximo paso por Madrid.

Juan Pablo Cotera bordando el papel de Malcom, desgranando unas rítmicas de las que no puedes huir y aportando junto a Pelayo Vázquez y Pablo Pravia unos coros marca de la casa, ceden el protagonismo a la dupla Michael Arthur Long / Ger Gilsanz. El también voceras de Drunken Buddha volvió a demostrar que habrá vocalistas más técnicos pero no más entregados a la tarea y carismáticos. No quedaría barra del bar, tarima, escenario ni espacio aéreo sin su presencia. Muy activo en todo momento, sorpresivamente durante varias fases del concierto elevó el tono vocal con agudos que aportaron un plus de agresividad a su interpretación.

«La Casa Del Blues«, posiblemente mi favorita del nuevo trabajo, marcaba el ecuador y nos permite tomar aire junto a «No Quiero Llorar«, dos temas diferenciales en el acervo de la banda y que son recibidos con la misma pasión que desprende Gilsanz aferrado a su inseparable Gibson SG. El también Winchester dejaría para el tramo final de la presentación una memorable escena arrastrado por un Michael desatado. Es solo rock n’ roll pero nos gusta, vaya como nos gusta.

«Herrero«, «Panzer» y «Dulce Dinamita» pese a pertenecer a la nueva obra no son extrañas al oído si has seguido a la banda en los conciertos de Mieres, Oviedo y citas anteriores en Avilés. Y si bien eche en falta un himno como «No Se Acaba El Show«, hay que admitir que cerraron por todo lo alto con «Nada Nos va A Parar«, dejando a la parroquia satisfecha y la sensación de que el tiempo había pasado demasiado rápido. La sonrisas y el buen aspecto del puesto de «merchan» daban fe que la jornada había sido propicia. Como siempre agradecer a la banda y responsables de la sala las facilidades para realizar esta crónica y mandar nuestros mejores deseos al quinteto en la que creemos es la primera salida de Secta fuera de la región. Mientras llega el próximo sarao, larga vida al rock n’ roll.

Texto y Fotos: José Ángel Muñiz